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Entrevista a Tom Regan (Marcia Bindo, 2006)

Entrevista realizada por Marcia Bindo con motivo del 1º Congreso Vegetariano Brasileño y Latino-Americano de agosto de 2006 en São Paulo. Traducida al español por Vegetarianismo.net


- ¿Cuándo empezaste a estar interesado en la causa de los derechos animales?

Desearía poder decir que desde siempre, pero tristemente eso no es verdad. Durante al menos la mitad de mi vida no he tenido conciencia animal, como yo la llamo. Excepto hacia los animales con los que he compartido mi vida, los demás animales podrían muy bien haber sido bloques de madera. Quiero decir, antes en mi vida incluso trabajé como carnicero. Y también como carpintero. Por lo tanto, como digo, los otros animales eran para mí como fueron los bloques de madera con los que trabajé como carpintero.

Lo que cambió mi vida fue leer a Gandhi. Me oponía a la violencia no justificada, por lo que me opuse a la guerra de Vietnam. Gandhi me ayudó a ver que en nuestra cultura hay una guerra no declarada que se libra contra los otros animales. Escribo en profundidad acerca de esta guerra en Empty Cages (Jaulas Vacías). Se libra cada día, detrás de puertas cerradas, en aquellas industrias que convierten a los animales en comida, que los convierten en ropa, que los convierten en competidores, artistas, herramientas. Y la violencia que se les hace (aproximadamente 60 mil millones de animales se matan en el mundo para comida al año, por ejemplo) sencillamente no se puede justificar.

- ¿Qué son los "derechos animales"? (por favor, dime el significado, la filosofía...)

Cuando se trata de derechos fundamentales, los derechos animales no son distintos a los derechos humanos. Toma nuestros derechos (humanos) a la integridad física, la libertad y la vida. Esos derechos comparten tres características importantes. Primero, limitan lo que los demás son moralmente libres de hacer. Moralmente, los demás no son libres de desfigurar mi cuerpo, negarme la libertad o quitarme la vida a su antojo. Su libertad termina donde mis derechos empiezan.

Segundo, nuestros derechos fundamentales tienen un gran peso moral. El respeto por ellos tiene prioridad sobre otros valores importantes. Toma el bien común, por ejemplo. La gente en todas partes debe tener acceso a una atención médica de calidad, independientemente de su clase social, igual que los niños en todas partes deben tener la oportunidad de disfrutar de una educación de calidad, independientemente de su raza. Así que, sí, vamos a trabajar para promover estos y otros aspectos del bien común. Pero jamás al precio de violar los derechos de otros individuos. Pensar de otro modo es avalar el espíritu del nazismo, la idea de que el fin justifica los medios -que es por lo que los nazis creían no estar haciendo nada malo cuando, por ejemplo, experimentaban con niños judíos. Ningún defensor serio de los derechos humanos aceptaría esa idea mostruosa. El respeto por los derechos de los niños debe tener prioridad sobre los esfuerzos en avanzar hacia el bien común.

Tercero, nuestros derechos fundamentales son iguales. Mis derechos no son más que los tuyos. Tus derechos no son más que los mios. Nos diferenciamos en muchos otros sentidos, a este respecto somos iguales.

Por lo tanto, ¿qué queremos decir al hablar de "derechos animales"? Queremos decir que los animales víctimas de esa guerra no declarada a la que me referí antes comparten los mismos derechos fundamentales que nosotros y que sus derechos tienen las mismas tres características que acabo de describir.

- Pero los humanos son diferentes a los demás animales, ¿por qué tienen los mismos derechos fundamentales que nosotros?

Es verdad que muchos humanos difieren de otros animales de muchas maneras. Por ejemplo, muchos humanos son capaces de leer historia y libros de ficción, aprender biología o astronomía, ser responsables de sus actos, entre otras cosas. Sin embargo, no todos los humanos son capaces de estas cosas. ¿Decimos entonces "bueno, entonces estos humanos no tienen derechos, lo que nos legitima a usarlos libremente como simples medios para nuestros fines"? Por supuesto que no. Esos humanos tienen los mismos derechos fundamentales que nosotros, y los tienen por igual.

No puede ser razonable, por tanto, afirmar derechos en el caso de los humanos que no son capaces de, por ejemplo, aprender biología o astronomía, y negar esos mismos derechos a otros animales que tampoco pueden hacerlo. Eso sería un indefendible doble rasero.

Además -y esto es muy importante- todos los humanos y los otros animales de los que he hablado son en un sentido fundamental iguales. No sólo estamos vivos, como las células y los virus, las plantas y las flores. Nosotros estamos en el mundo, conscientes del mundo, y conscientes de lo que nos sucede. Por otra parte, lo que nos pasa nos importa porque determina la calidad de nuestra vida, independientemente de si a alguien más le importa o no. De esta manera fundamental, como digo, esos humanos y aquellos animales son iguales. ¿Cómo entonces podemos razonablemente reclamar derechos para nosotros mismos y negárselos a ellos? Como argumento en Empty Cages (Jaulas Vacias), no podemos hacerlo de manera razonable -lo que por supuesto no significa que no podamos seguir reclamando nuestra singularidad por otros motivos razonables.

- ¿Cuándo empezará la sociedad a abordar esta cuestión?

La gente ha estado hablando de derechos animales desde que tenemos historia escrita. Puede que no usaran las palabras "derechos animales", pero lo que creían viene a ser lo mismo. Así que, por ejemplo, encuentras la idea de que no deberíamos nunca dañar o mutilar a otro animal a nuestro antojo, ni siguiera matarlo para comida: encontramos estas ideas en los escritos de Ovidio y Plutarco, Séneca y Platón, Pitágoras y Porfirio. El hecho de que muy pocas personas saben que estas figuras ilustres estaban del lado de los derechos animales viene a mostrar lo parciales que son nuestros sistemas educativos.

- ¿Cómo ves la evolución de los derechos animales? (ponme algunos ejemplos)

Soy realista. No creo que el mundo adquiera conciencia sobre los animales de un día para otro. Llevará tiempo que las cosas cambien. Pero -y este es un 'pero' muy importante- las cosas ya están cambiando en Brasil, por ejemplo, donde encontramos:

La prohibición de las peleas de gallos (todavía permitidas en mi pais).

Rio de Janeiro prohibe los circos y otros espectáculos que incluyan animales amaestrados (todavía permitido en Raleigh, donde vivo).

La eliminación de la disección y vivisección en escuelas públicas (muy comunes aun en EEUU).

El cierre total de los "espectáculos" de mamíferos marinos (todavía florecientes en los parques temáticos norteamericanos como el Sea World-San Diego).

El fin del uso de las trampas de acero dentadas (aun la trampa preferida de los tramperos norteamericanos).

Estos son logros maravillosos que hablan bien de la capacidad de los brasileños para el cambio.

En Jaulas Vacias represento la opresión de los animales como una enorme pared, que se extiende tan lejos como alcanza la vista. En comparación la Gran Muralla China es una construcción de juguete. Esta Gran Muralla de Opresión no va a derrumbrase mañana. Dicho esto, podemos desmontarla, ladrillo a ladrillo, que es exactamente lo que los defensores de los derechos de los animales de Brasil han estado haciendo. Les mando un saludo, y también a todos los brasileños compasivos.

- ¿En qué ámbitos sufren más los animales? (háblame sobre del toreo, la industria del entretenimiento, el uso de los animales en la ciencia y la industria cosmética...)

Las crueldades son tantas, y el número de animales involucrados tan grande, que es dificil decir qué es lo peor de lo peor. En términos del número de animales, la ganadería es de lejos lo peor. Aproximadamente sesenta mil millones son llevados al matadero cada año. Si los comparamos con el número de toros matados en la corridas de toros, el daño causado a los toros puede parecer de menor importancia.

Pero los números no lo cuentan todo. Mucha gente que come la carne de los animales se les ha enseñado que necesitan hacerlo por motivos nutricionales. De hecho, esto es falso. No necesitamos comer carne animal ni ningún otro producto animal (leche o huevos, por ejemplo) para alcanzar el máximo en salud y vitalidad. Aun así, la salud y la vitalidad son importantes bienes que hay que alentar que la gente persiga. Cuando se trata de la auténtica tortura que los toros tienen que soportar en nombre del "deporte" o el "entretenimiento", bueno, eso es otra historia. No importa cuán adoctrinada pueda estar alguna gente, nadie puede estar tan adoctrinado para creer que torturar toros es necesario para ningún beneficio humano importante. Hay multitud de deportes y formas de entretenimiento que no requieren hacer sufrir a los animales, especialmente hacerlos sufrir para el deleite de espectadores humanos.

Lo que estoy sugiriendo es que la mayoría de la gente que come carne porque creen que es necesario lo hace por ignorancia, mientras que mucha de la gente que disfruta viendo toros torturados lo hacen por sadismo. ¿Qué es peor: hacer a los animales sufrir y morir por ignorancia o por sadismo? Números a parte, sin duda lo último es peor que lo primero.

- ¿Por qué crees que el respeto hacia otros seres es importante para la paz?

El tenedor puede ser un arma de violencia. Esto es lo Gandhi me enseñó hace unos 30 años. Tan cierto hoy como lo era en aquel entonces. ¿Cómo puede haber paz en el mundo antes de que haya paz en nuestra mesa? La misma ignorancia y sadismo, el mismo prejuicio e indiferencia, la misma dedicación sin sentido a la creencia infundada en la superioridad, que lleva a algunos seres humanos a practicar diversas formas de genocidio contra otros humanos, es lo que lleva a la mayoría de los brasileños y norteamericanos a apoyar el genocidio contra otras especies animales. Son males cortados por el mismo patrón. ¿Podemos tú o yo, cualquier persona que lea estas palabras traer paz al mundo cuando amanezca mañana por la mañana? No, por supuesto que no. Lo que cada uno de nosotros puede hacer es llevar la paz a su mesa. Y eso es un comienzo. Desde mi punto de vista, la paz vendrá al mundo persona por persona.

- ¿Qué podemos hacer para fomentar la causa de los derechos animales?

Como acabo de decir, podemos empezar haciendo cambios en la forma en que vivimos nuestras vidas - por ejemplo, la comida que ponemos en nuestro plato. Otra cosa que podemos hacer es investigar qué cosméticos y artículos de aseo han sido experimentados en animales y cuáles no. Casi todos los que dan estos pasos no se pararán ahí. Cuanto más aprendemos sobre cuán horriblemente son tratados los animales, más queremos hacer para ayudarles. Esto nos lleva de manera natural a juntarnos con otros que sienten del mismo modo, que es cómo empezamos a involucrarnos en la promoción de los derechos animales. Y de este modo, como activistas organizados, tenemos efecto sobre las leyes y las políticas públicas. Ninguna persona por sí sola pone fin a los espectáculos de mamíferos marinos en Brasil. Ese es el resultado de mucha gente trabajando junta. Así, ¿qué podemos hacer para fomentar los derechos animales? Primero, podemos trabajar poniendo en orden nuestra propia vida. Segundo, trabajando con otros, podemos intentar hacer lo mismo en nuestra ciudad, región, pais. Esas son dos de las muchas maneras en las que podemos ayudar al avance de los derechos animales donde quiera que vivamos, seamos quien seamos.