RESUMEN: ¿Qué es «ser en acto»? ¿qué es «ser en potencia»? ¿debemos tratar a alguien o a algo como si ya fuera lo que supuestamente será en el futuro? Éstas son algunas de las preguntas a las que aquí voy a responder.
Todo ser es «en acto», es decir, es en el momento presente, pero como todo está cambiando entonces también todo ser es «en potencia». Ser «en potencia» es una estimación sobre cómo será un ser en el futuro. Por ejemplo, una semilla de una manzana es un una semilla de manzana «en acto», pero es un manzano «en potencia». Asimismo, un cigoto es un ser no sintiente «en acto», pero es un ser sintiente «en potencia». Para respetar la Realidad debemos tratar a cada ser como lo que es «en acto», no como lo que supuestamente dicho ser será en el futuro. Por ejemplo, un niño debe ser tratado como lo que es «en acto» (es un niño), no como lo que supuestamente será en el futuro (un adulto). Por lo tanto no tenemos el deber ético de respetar a los seres no sintientes, aunque sean seres sintientes «en potencia».
Palabras clave: argumento de la potencialidad, ser en acto, ser en potencia
Todo ser es «en acto», es decir, es en el momento presente, pero como todo está cambiando entonces también todo ser es «en potencia». Ser «en potencia» es una estimación sobre cómo será un ser en el futuro. Por ejemplo, una semilla de una manzana es un una semilla de manzana «en acto», pero es un manzano «en potencia». Asimismo, un cigoto es un ser no sintiente «en acto», pero es un ser sintiente «en potencia». Para respetar la Realidad debemos tratar a cada ser como lo que es «en acto», no como lo que supuestamente dicho ser será en el futuro. Por ejemplo, un niño debe ser tratado como lo que es «en acto» (es un niño), no como lo que supuestamente será en el futuro (un adulto). Por lo tanto no tenemos el deber ético de respetar a los seres no sintientes, aunque sean seres sintientes «en potencia».
Palabras clave: argumento de la potencialidad, ser en acto, ser en potencia
1. Algunas personas no conocen la diferencia entre «ser en acto» y «ser en potencia». La diferencia es que «ser en acto» es lo que un ser ES, en cambio «ser en potencia» es lo que un ser SUPUESTAMENTE SERÁ, pues no es seguro que ocurrirá. Por lo tanto no es lo mismo «ser en acto» que «ser en potencia». Por ejemplo, una semilla es una semilla «en acto» y también es una planta «en potencia» porque la semilla puede llegar a ser una planta, pero una semilla no es una planta. Asimismo, un embrión no sintiente es un ser no sintiente «en acto» y un ser sintiente «en potencia», pero un ser no sintiente no es un ser sintiente.
2. Algunas personas que reconocen que es diferente «ser en acto» que «ser en potencia» dicen que «debemos tratar a los seres como lo que son en potencia». Este argumento se llama «argumento de la potencialidad» y ha sido usado por filósofos como Michael Leahy, Philip Devine, McCloskey, o Ronald Dworkin, pero es un argumento muy difundido. El argumento de la potencialidad suele ser usado por los antropocentristas para rechazar el aborto de embriones humanos, pero también estos lo usan para proteger éticamente a los llamados «humanos marginales»[1], es decir, para intentar que la Ética considere personas a los humanos que no cumplen con los requisitos que estos exigen a los animales no humanos para considerarles éticamente como personas. Sin embargo, es absurdo tratar a un ser como si ya fuera lo que es en potencia y además puede ser éticamente incorrecto. Por ejemplo, es tan absurdo tratar a una semilla como si ya fuera un árbol, como tratar a un bebé como si físicamente ya fuera un adulto, de hecho en eso consiste la pederastia y es éticamente incorrecta. Debemos tratar a cada ser como lo que es «en acto», respetando la Realidad, no como lo que supuestamente dicho ser será en el futuro. Al estar rebatido el argumento de la potencialidad, muchos antiabortistas usan el argumento antropocentrista cuando dicen que «los embriones humanos son humanos en acto y por eso deben ser respetados», lo cual está rebatido por ser una falacia de petición de principio[2].
3. Incluso usando el erróneo argumento de la potencialidad, los «humanos marginales» no quedan protegidos. El argumento de la potencialidad deja fuera de la consideración ética a aquellos «humanos marginales»[1] que padecen una enfermedad y que debido a ella no cumplen y nunca cumplirán con el requisito que los antropocentristas exigen a los animales no humanos para considerarles éticamente como personas. La razón por la que debemos respetar a los «humanos marginales» no es porque sean animales de la especie humana ni porque tengan una determinada capacidad «en potencia», sino porque son seres que tienen una conciencia «en acto»: son seres sintientes que tienen intereses. Dicha razón se llama sensocentrismo[3] y racionalmente nos lleva a practicar el veganismo para respetar a los demás seres sintientes.
4. Si aceptáramos el argumento de la potencialidad entonces el infanticidio sería éticamente correcto. Esto es debido a que al asesinar a bebés y a niños humanos se anularía su potencial, con lo que ya no habría motivo para tenerlos en cuenta. Por ejemplo, si el motivo por el que alguien respeta a un bebé o a un niño no es que tenga intereses, sino porque cuando sea adulto tendrá ciertas capacidades, entonces si se mata al bebé o al niño se hace imposible que sea adulto, por lo tanto deja de haber razones para respetar a ese niño. En cambio, usando el argumento de la potencialidad no se podría, por ejemplo, torturar al bebé o al niño si se supiese que va a sobrevivir y convertirse en adulto.
5. Algunas personas confunden erróneamente el argumento de la potencialidad con hacer estimaciones sobre el futuro. Mientras que el argumento de potencialidad dice que debemos actuar como si lo potencial ya fuera real, las estimaciones sobre el futuro nos llevan a actuar teniendo en cuenta las posibles consecuencias de que una estimación se convierta en real.