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ARGUMENTO: “Los humanos deben comer productos de origen animal para estar sanos”

RESUMEN: ¿Los humanos pueden estar sanos con una alimentación vegetariana estricta (sin productos de origen animal)? ¿qué dice la ciencia de la nutrición sobre la alimentación vegetariana estricta? Éstas son algunas de las preguntas a las que aquí vamos a responder.

Las mayores organizaciones de nutricionistas profesionales avalan la alimentación vegetariana estricta. La Academia de Nutrición y Dietética de EEUU (antes Asociación Dietética Americana), con más de 67.000 profesionales de la nutrición, dice que: «Las dietas vegetarianas apropiadamente planeadas, incluyendo las dietas totalmente vegetarianas o veganas, son saludables, nutricionalmente adecuadas y pueden aportar beneficios para la salud en la prevención y el tratamiento de ciertas enfermedades. Las dietas vegetarianas bien planeadas son apropiadas durante todas las etapas del ciclo vital, incluyendo embarazo, lactancia, infancia, niñez y adolescencia, y para atletas». Muchas otras organizaciones de Nutrición respaldan la alimentación vegetariana estricta: el Departamento de Agricultura de los EEUU (USDA), la Asociación de Dietistas de Canadá, la Asociación Dietética de Nueva Zelanda, la Fundación Mundial para la Investigación del Cáncer, el Instituto Americano para la Investigación del Cáncer, la Academia Americana de Pediatría, la Federación Española de Dietistas-Nutricionistas (antes Asociación Española de Dietistas-Nutricionistas), el Comité de Médicos por una Medicina Responsable (PCRM), la Organización Mundial de la Salud (OMS), El Ministerio de Salud de Chile (MINSAL), etc. Por si no fuera poco, existen millones de vegetarianos estrictos que llevan vidas saludables, incluso algunos de ellos participan en deportes de competición.

Palabras clave: nutrición humana, vegetarianismo
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En otro artículo expliqué que del hecho de que los humanos sean biológicamente omnívoros o generalistas no se infiere lógicamente que deban comer productos de origen animal por Ética, sino que se infiere que pueden adaptar su alimentación a una gran variedad de alimentos[1].

La alimentación vegetariana estricta o pura (a veces llamada «dieta vegana» o «vegan diet»)(1) no incluye productos de origen animal, es decir, no incluye cadáveres de animales ni sus secreciones (leche, queso, huevos, miel, etc.). Los veganos seguimos una alimentación vegetariana estricta para respetar a los seres sintientes (por Ética), pero también puede seguirse dicha alimentación por salud, por ecologismo, etc. A veces por comodidad nos referiremos a esta alimentación como «alimentación vegetariana» o «vegetarianismo», diferenciándola del ovoláctovegetarianismo que incluye huevos y leche animal. Para evitar confusiones sobre la «dieta vegana» lee mi artículo «El veganismo no es una dieta ni un estilo de vida».

Algunas personas dicen que «los humanos deben comer productos de origen animal para estar sanos». Estas personas suelen recurrir a supuestos casos anecdóticos: «me dijo el médico que debemos comer carne», «conocí a una vegetariana con anemia», etc. Los humanos deben ingerir unos determinados nutrientes en cantidades adecuadas para estar sanos. Es la ciencia de la nutrición, no la medicina, la que nos dirá si los humanos deben comer productos de origen animal para estar sanos, o si no es necesario comerlos. Los estudios científicos sobre nutrición muestran que una alimentación vegetariana estricta equilibrada es sana, por eso es avalada públicamente por las más grandes asociaciones de nutricionistas profesionales y aceptada por instituciones públicas. Además se mencionan beneficios en la prevención y mejora de algunas enfermedades[2]: desde la prevención cardiovascular hasta el cáncer, además de otras dolencias crónicas como la diabetes y algunas enfermedades degenerativas. Por si no fuera poco, existen millones de vegetarianos estrictos que llevan vidas saludables, incluso algunos participan en deportes de competición[3]. Evidentemente, los humanos pueden comer pocos productos de origen animal y estar sanos, pero nutricionalmente no es necesario comerlos. A continuación presentamos lo que ha dicho la ciencia de la nutrición sobre la alimentación vegetariana estricta:



Algunas personas reconocen que la alimentación vegetariana es sana para adultos, pero añaden que no es una alimentación compatible con el desarrollo físico e intelectual de bebés y niños. Estas personas tampoco respaldan su afirmación con la declaración pública de alguna organización de nutricionistas profesionales, sino que generalmente mencionan casos anecdóticos de desnutrición y muerte de bebés y niños «vegetarianos» a causa de una alimentación insuficiente o desequilibrada, por ejemplo los siguientes:


Las personas que citan casos puntuales de niños vegetarianos desnutridos y que a partir de ellos concluyen que el vegetarianismo no es sano, hacen uso de la falacia de generalización apresurada, que consiste en inferir una conclusión general a partir de una prueba insuficiente. También existen casos de bebés y niños no vegetarianos que sufren desnutrición e incluso mueren, y no por eso inferimos que la alimentación con productos de origen animal sea la causa de dicha desnutrición y muerte. En ambos casos, la desnutrición y muerte de bebés y de niños se debe a la falta de información nutricional, de recursos económicos o por negligencias. Todos los padres imponen una alimentación a sus hijos, por ello son responsables de alimentar a sus hijos adecuadamente para que estén sanos. Si se hace adecuadamente, la alimentación vegetariana para embarazadas, bebés y niños está avalada por las asociaciones de nutricionistas profesionales:


Algunas personas citan artículos o estudios científicos que supuestamente muestran que la alimentación vegetariana estricta no es sana. Cuando son artículos usan titulares sensacionalistas para recibir más visitas y en muchas ocasiones no referencian el estudio, y si lo hacen manipulan sus conclusiones. Otras veces el error no está en el artículo, sino en el estudio. Lo habitual es que dicho estudio sobre alimentación vegetariana presente al menos uno de los siguientes errores típicos en la metodología: (a) define mal lo que come un vegano o se refiere a ovolactovegetarianos (les puede afectar el consumo de leche y de huevos, y es posible que los consuman más que quienes no son vegetarianos), y otras veces mezclan en el grupo de «vegetarianos» a todo tipo de ellos, incluso a veces incluyen a comedores de peces; (b) la muestra es anecdótica; (c) otros. La realidad es que la ciencia de la nutrición asocia los productos de origen animal con numerosas intoxicaciones y enfermedades[4].

Algunas personas dicen que «los progenitores no deben imponer una alimentación vegetariana a sus hijos, sino imponerles una alimentación no vegetariana». La ciencia de la nutrición avala la alimentación vegetariana estricta para todas las etapas de la vida. Los progenitores tienen el deber de proporcionar una alimentación nutricionalmente adecuada a sus hijos. Además, los progenitores también tienen el deber de alimentar a sus hijos de manera ética, es decir, respetando a los seres sintientes[5], lo cual implica una alimentación vegetariana estricta.