Algunas personas dicen que los veganos no deberían comer higos porque dentro de ellos hay unas pequeñas avispas muertas.
Es importante saber diferenciar entre matar a alguien y comer su cadáver:
- Matar a quien quiere seguir viviendo siempre es éticamente incorrecto porque frustra el interés de seguir viviendo. Por lo tanto a priori no se debe matar a quien quiere seguir viviendo, excepto si se estima que no hacerlo tendrá peores conseciencias.
- Comer cadáveres es éticamente correcto porque no frustra intereses. El problema de comer cadáveres son las consecuencias de hacerlo: se paga para que maten a quien quiere seguir viviendo y perjudica seriamente la difusión del mensaje vegano.
Sin embargo, actualmente los veganos consumen vegetales no veganos (no son producidos mediante agricultura vegana) debido a que estiman que las consecuencias de consumirlos son menos malas para el avance de la Ética que las consecuencias de no consumirlos (hambre y desnutrición, pésima promoción del veganismo, etc). A continuación vamos a analizar el tema de los higos.
La higuera común o Ficus carica subsp. rupestris es un arbusto o pequeño árbol de hasta 5 metros de altura de la familia de las moráceas (Moraceae), una de las numerosas especies del género Ficus. Es un árbol originario de Asia sudoccidental, donde ya se recolectaba en el año 9000 a.C., pero en la actualidad crece espontáneamente alrededor del Mediterráneo y en otras regiones. La higuera es un árbol tan rústico que apenas requiere cuidados.
Las higueras uníferas sólo dan una cosecha de higos entre finales de agosto y los primeros fríos del otoño. Algunas higueras, llamadas bíferas, breveras o reflorecientes, producen dos cosechas al año: además de la cosecha de entre finales de agosto y otoño, también producen una cosecha de brevas en junio. Las brevas son higos que no llegaron a madurar en otoño y que se conservaron en estado latente sobre la madera durante el invierno, alcanzando su madurez en la primavera siguiente.
Desde el punto de vista botánico el higo no es un fruto sino una infrutescencia del tipo sicono que contiene en su interior cientos de flores pequeñas que, una vez polinizadas, se convertirán cada una de ellas en un fruto. Existen más de 750 especies de higos, algunas comestibles y otras no. Los higos no maduros son tóxicos para el estómago. El higo fresco es muy nutritivo (ver imagen). El higo seco tiene respecto al higo fresco mucho más calcio e hidratos de carbono y por lo tanto más calorías y mucha menos agua.
Polinización de las higueras silvestres
La polinización de las higueras silvestres la efectúa una pequeña avispa de la familia Agaonidae. Existe una especie de avispa adaptada a cada especie de higuera. La Blastophaga psenes es la especie de avispa especializada en polinizar al higo común. La hembra penetra al sicono por un orificio llamado ostíolo para depositar sus huevos, polinizar las flores y morir. Cuando las crías nacen, los machos fecundan a las hembras y mueren. Las avispas hembras fecundadas salen por el ostíolo del higo llevándose consigo el polen de las flores masculinas y se repite el ciclo de vida.
Aunque es necesaria la avispa para la fecundación correcta de las flores de las higueras, no siempre ponen huevos, puesto que la higuera tiene dos tipos de flores femeninas, una de pistilo largo que impide que la avispa ponga los huevos, y otra de pistilo corto que se lo permite.
Polinización de las higueras cultivadas por los humanos
La inmensa mayoría de las higueras cultivadas actualmente para consumo humano no necesitan avispas para ser polinizadas, ya que son partenogenéticas (se reproducen por medios partenocárpicos sin necesidad de machos) y por lo tanto los higos maduran sin necesidad de fecundación.
Además, por selección artificial se ha procurado que las flores femeninas de las higueras partenogenéticas sean longistilas (con estilo largo), lo cual impide físicamente que la avispa pueda depositar sus huevos y llenar los higos de parásitos. Cuando una avispa hembra entra a un sicono y se encuentra con flores de estilo largo las poliniza, pero no puede poner huevos. Cuando la avispa sale del sicono en busca de otro se llena de polen, ya que las flores masculinas se encuentran en el ostíolo, la pequeña apertura del higo por la que ésta sale hacia otro sicono que polinizar.
Las únicas higueras cultivadas que no son partogenéticas y que por lo tanto necesitan ser fecundadas por la avispa Blastophaga psenes son las de la variedad Esmirna, muy cultivadas en el norte de África y en Oriente próximo. Para efectuar su polinización se ha usado desde miles de años el método llamado caprificación que consiste en colgar ramas de la higuera con higos masculinos, llamados higos de cabras (cabrahigos) porque no son comestibles, cerca de las higueras de fruto para que las avispas hembras vayan de una planta a otra y efectúen su polinización y fructificación.
Bibliografía
Proctor, M., Yeo, P. & Lack, A. (1996). The Natural History of Pollination. Timber Press, Portland, OR. ISBN 0-88192-352-4 (En inglés)
Es importante saber diferenciar entre matar a alguien y comer su cadáver:
- Matar a quien quiere seguir viviendo siempre es éticamente incorrecto porque frustra el interés de seguir viviendo. Por lo tanto a priori no se debe matar a quien quiere seguir viviendo, excepto si se estima que no hacerlo tendrá peores conseciencias.
- Comer cadáveres es éticamente correcto porque no frustra intereses. El problema de comer cadáveres son las consecuencias de hacerlo: se paga para que maten a quien quiere seguir viviendo y perjudica seriamente la difusión del mensaje vegano.
Sin embargo, actualmente los veganos consumen vegetales no veganos (no son producidos mediante agricultura vegana) debido a que estiman que las consecuencias de consumirlos son menos malas para el avance de la Ética que las consecuencias de no consumirlos (hambre y desnutrición, pésima promoción del veganismo, etc). A continuación vamos a analizar el tema de los higos.
La higuera común o Ficus carica subsp. rupestris es un arbusto o pequeño árbol de hasta 5 metros de altura de la familia de las moráceas (Moraceae), una de las numerosas especies del género Ficus. Es un árbol originario de Asia sudoccidental, donde ya se recolectaba en el año 9000 a.C., pero en la actualidad crece espontáneamente alrededor del Mediterráneo y en otras regiones. La higuera es un árbol tan rústico que apenas requiere cuidados.
Las higueras uníferas sólo dan una cosecha de higos entre finales de agosto y los primeros fríos del otoño. Algunas higueras, llamadas bíferas, breveras o reflorecientes, producen dos cosechas al año: además de la cosecha de entre finales de agosto y otoño, también producen una cosecha de brevas en junio. Las brevas son higos que no llegaron a madurar en otoño y que se conservaron en estado latente sobre la madera durante el invierno, alcanzando su madurez en la primavera siguiente.
Desde el punto de vista botánico el higo no es un fruto sino una infrutescencia del tipo sicono que contiene en su interior cientos de flores pequeñas que, una vez polinizadas, se convertirán cada una de ellas en un fruto. Existen más de 750 especies de higos, algunas comestibles y otras no. Los higos no maduros son tóxicos para el estómago. El higo fresco es muy nutritivo (ver imagen). El higo seco tiene respecto al higo fresco mucho más calcio e hidratos de carbono y por lo tanto más calorías y mucha menos agua.
Polinización de las higueras silvestres
La polinización de las higueras silvestres la efectúa una pequeña avispa de la familia Agaonidae. Existe una especie de avispa adaptada a cada especie de higuera. La Blastophaga psenes es la especie de avispa especializada en polinizar al higo común. La hembra penetra al sicono por un orificio llamado ostíolo para depositar sus huevos, polinizar las flores y morir. Cuando las crías nacen, los machos fecundan a las hembras y mueren. Las avispas hembras fecundadas salen por el ostíolo del higo llevándose consigo el polen de las flores masculinas y se repite el ciclo de vida.
Aunque es necesaria la avispa para la fecundación correcta de las flores de las higueras, no siempre ponen huevos, puesto que la higuera tiene dos tipos de flores femeninas, una de pistilo largo que impide que la avispa ponga los huevos, y otra de pistilo corto que se lo permite.
Polinización de las higueras cultivadas por los humanos
La inmensa mayoría de las higueras cultivadas actualmente para consumo humano no necesitan avispas para ser polinizadas, ya que son partenogenéticas (se reproducen por medios partenocárpicos sin necesidad de machos) y por lo tanto los higos maduran sin necesidad de fecundación.
Además, por selección artificial se ha procurado que las flores femeninas de las higueras partenogenéticas sean longistilas (con estilo largo), lo cual impide físicamente que la avispa pueda depositar sus huevos y llenar los higos de parásitos. Cuando una avispa hembra entra a un sicono y se encuentra con flores de estilo largo las poliniza, pero no puede poner huevos. Cuando la avispa sale del sicono en busca de otro se llena de polen, ya que las flores masculinas se encuentran en el ostíolo, la pequeña apertura del higo por la que ésta sale hacia otro sicono que polinizar.
Las únicas higueras cultivadas que no son partogenéticas y que por lo tanto necesitan ser fecundadas por la avispa Blastophaga psenes son las de la variedad Esmirna, muy cultivadas en el norte de África y en Oriente próximo. Para efectuar su polinización se ha usado desde miles de años el método llamado caprificación que consiste en colgar ramas de la higuera con higos masculinos, llamados higos de cabras (cabrahigos) porque no son comestibles, cerca de las higueras de fruto para que las avispas hembras vayan de una planta a otra y efectúen su polinización y fructificación.
Bibliografía
Proctor, M., Yeo, P. & Lack, A. (1996). The Natural History of Pollination. Timber Press, Portland, OR. ISBN 0-88192-352-4 (En inglés)