Las colúmbidas (Columbidae) son una familia de aves del orden Columbiformes que incluye las palomas, las tórtolas y formas afines. Son, en total, unas 308 especies.
Las colúmbidas se distribuyen por todo el mundo, excepto la Antártida y el Ártico, y con centro de dispersión en América Central. La mayor diversidad de especies la tienen la ecozona indomalaya y la ecozona de Australasia.
Quienes no son humanos razonan, son inteligentes[1]. A continuación se adjuntan estudios sobre la inteligencia de las palomas.
- El 18 de noviembre de 2015 se publicó el estudio «Pigeons (Columba livia) as Trainable Observers of Pathology and Radiology Breast Cancer Images» en PLOS ONE. Los experimentos liderados por el profesor de patología Richard Levenson de la Universidad de California en Davis, Estados Unidos, demostraron que las palomas pueden aprender, si reciben un entrenamiento adecuado, a identificar tejido mamario canceroso, logrando acertar en el 99% de los casos. (Fuente: bbc.com)
- Castro, L., & Wasserman, E. A. (2013). Information-seeking behavior: Exploring metacognitive control in pigeons. Animal Cognition, 16, 241-254.
- Wasserman, E. A., Nagasaka, Y., Castro, L., & Brzykcy, S. J. (2013). «Pigeons learn virtual patterned-string problems in a computerized touchscreen environment». Animal Cognition, 16, 737-753. RESUMEN: La investigación fue liderada por el Dr. Edward Wasserman, de la Universidad de Iowa (EEUU). Según los resultados obtenidos, las palomas son capaces de realizar elecciones inteligentes. El «test del piolín» es un test de inteligencia estándar que consiste en atar un premio al extremo inferior de un piolín y observar si el evaluador (humano o animal) tira del piolín correcto para obtener el premio. Los científicos adaptaron el formato del test a una pantalla táctil. Las palomas evaluadoras miraban un monitor con imágenes de los piolines atados de los que colgaba la imagen de un comedero con alimento lleno o vacío. Si la paloma picoteaba el piolín correcto, el monitor acercaba la imagen del comedero progresivamente con cada picoteo hasta que, eventualmente, la paloma obtenía alimento real como premio. Las palomas demostraron que pueden aprender la tarea en una variedad de diferentes configuraciones del piolín, inclusive con variantes de piolines entrecruzados, que aumentan el grado de la dificultad de la tarea. Las palomas alcanzaron un desempeño correcto entre el 74% y 94% de las veces. (Fuente: redorbit.com).
Descubren altos niveles de inteligencia en las palomas (Link)
- En 2010 se publicó en el Journal of Comparative Psychology el artículo «Are birds smarter than mathematicians? Pigeons (Columba livia) perform optimally on a version of the Monty Hall Dilemma», en el que Hebranson y Schroder adaptaron el dilema de Monty Hall para la Columba livia: las palomas tenían a su disposición tres teclas iluminadas, que podían picotear para obtener alimento si acertaban cuál de ellas escondía el premio. Cuando picoteaban una, se apagaban las teclas y, tras un segundo, se volvían a iluminar sólo dos, una de las cuales era la del primer picoteo. La que se apagaba nunca tenía la comida. Si la paloma picoteaba la tecla correcta de las dos restantes, obtenía el premio. Pues bien: en el primer día de pruebas, las palomas alcanzaban un tercio de la recompensa. Pero al cabo de un mes, las 6 palomas habían descubierto la estrategia adecuada para llevarse el máximo de comida, o sea, dos tercios de aciertos. La solución óptima. Las palomas reforzaban su conducta cada vez que acertaban, así que al cabo de un tiempo se impuso la mejor estrategia. Selección conductual a base de ensayo y error. Ahora vamos a Homo sapiens. Hebranson y Schroder confrontaron el mismo experimento con 13 estudiantes. Se les dijo que cada vez que acertaran sumarían puntos, para que al cabo del mes se viera quién había acertado más. Al principio, los aciertos eran de 1/3. Lo curioso es que al final del mes su resultado seguía siendo el mismo. Los estudiantes no habían logrado ninguna mejora, a diferencia de las palomas. Los humanos, anclados en la premisa de que hay dos puertas por abrir, es decir, 50% de posibilidades, renegamos de la experiencia. Parece que cuanto más jovenes son los estudiantes, más probabilidades tienen de acertar la mejor estrategia. En este caso, un alto nivel educativo parece ser contraproducente. Aunque seguramente se deba a que la educación recibida muchas veces no duda de las premisas más básicas, lo que puede ser un error. Seguramente no puede afirmarse que las palomas son más inteligentes que los humanos, pero en un problema lógico como el de Monty Hall parecen defenderse mejor que nosotros. (Fuente: memecio.blogspot.com.es)
- En 2009, el psicólogo Edward Wasserman y su equipo de la Universidad de Iowa (EE UU) demostraron mediante un estudio que tanto babuinos como palomas son capaces de realizar un aprendizaje relacional de alto nivel, como poder determinar si dos o más elementos son iguales o diferentes, o establecer las relaciones que existen entre otras relaciones. Hasta ahora se pensaba que estas habilidades eran exclusivas de los humanos, por lo que estos hallazgos tienen una gran importancia evolutiva. Wasserman relató sus conclusiones en el encuentro anual de la Asociación Americana para el Avance de la Ciencia (AAAS, por sus siglas en inglés) en Chicago. (Fuente: agenciasinc.es)
Quienes no son humanos razonan, son inteligentes[1]. A continuación se adjuntan estudios sobre la inteligencia de las palomas.
- El 18 de noviembre de 2015 se publicó el estudio «Pigeons (Columba livia) as Trainable Observers of Pathology and Radiology Breast Cancer Images» en PLOS ONE. Los experimentos liderados por el profesor de patología Richard Levenson de la Universidad de California en Davis, Estados Unidos, demostraron que las palomas pueden aprender, si reciben un entrenamiento adecuado, a identificar tejido mamario canceroso, logrando acertar en el 99% de los casos. (Fuente: bbc.com)
- Castro, L., & Wasserman, E. A. (2013). Information-seeking behavior: Exploring metacognitive control in pigeons. Animal Cognition, 16, 241-254.
- Wasserman, E. A., Nagasaka, Y., Castro, L., & Brzykcy, S. J. (2013). «Pigeons learn virtual patterned-string problems in a computerized touchscreen environment». Animal Cognition, 16, 737-753. RESUMEN: La investigación fue liderada por el Dr. Edward Wasserman, de la Universidad de Iowa (EEUU). Según los resultados obtenidos, las palomas son capaces de realizar elecciones inteligentes. El «test del piolín» es un test de inteligencia estándar que consiste en atar un premio al extremo inferior de un piolín y observar si el evaluador (humano o animal) tira del piolín correcto para obtener el premio. Los científicos adaptaron el formato del test a una pantalla táctil. Las palomas evaluadoras miraban un monitor con imágenes de los piolines atados de los que colgaba la imagen de un comedero con alimento lleno o vacío. Si la paloma picoteaba el piolín correcto, el monitor acercaba la imagen del comedero progresivamente con cada picoteo hasta que, eventualmente, la paloma obtenía alimento real como premio. Las palomas demostraron que pueden aprender la tarea en una variedad de diferentes configuraciones del piolín, inclusive con variantes de piolines entrecruzados, que aumentan el grado de la dificultad de la tarea. Las palomas alcanzaron un desempeño correcto entre el 74% y 94% de las veces. (Fuente: redorbit.com).
Descubren altos niveles de inteligencia en las palomas (Link)
- En 2010 se publicó en el Journal of Comparative Psychology el artículo «Are birds smarter than mathematicians? Pigeons (Columba livia) perform optimally on a version of the Monty Hall Dilemma», en el que Hebranson y Schroder adaptaron el dilema de Monty Hall para la Columba livia: las palomas tenían a su disposición tres teclas iluminadas, que podían picotear para obtener alimento si acertaban cuál de ellas escondía el premio. Cuando picoteaban una, se apagaban las teclas y, tras un segundo, se volvían a iluminar sólo dos, una de las cuales era la del primer picoteo. La que se apagaba nunca tenía la comida. Si la paloma picoteaba la tecla correcta de las dos restantes, obtenía el premio. Pues bien: en el primer día de pruebas, las palomas alcanzaban un tercio de la recompensa. Pero al cabo de un mes, las 6 palomas habían descubierto la estrategia adecuada para llevarse el máximo de comida, o sea, dos tercios de aciertos. La solución óptima. Las palomas reforzaban su conducta cada vez que acertaban, así que al cabo de un tiempo se impuso la mejor estrategia. Selección conductual a base de ensayo y error. Ahora vamos a Homo sapiens. Hebranson y Schroder confrontaron el mismo experimento con 13 estudiantes. Se les dijo que cada vez que acertaran sumarían puntos, para que al cabo del mes se viera quién había acertado más. Al principio, los aciertos eran de 1/3. Lo curioso es que al final del mes su resultado seguía siendo el mismo. Los estudiantes no habían logrado ninguna mejora, a diferencia de las palomas. Los humanos, anclados en la premisa de que hay dos puertas por abrir, es decir, 50% de posibilidades, renegamos de la experiencia. Parece que cuanto más jovenes son los estudiantes, más probabilidades tienen de acertar la mejor estrategia. En este caso, un alto nivel educativo parece ser contraproducente. Aunque seguramente se deba a que la educación recibida muchas veces no duda de las premisas más básicas, lo que puede ser un error. Seguramente no puede afirmarse que las palomas son más inteligentes que los humanos, pero en un problema lógico como el de Monty Hall parecen defenderse mejor que nosotros. (Fuente: memecio.blogspot.com.es)
- En 2009, el psicólogo Edward Wasserman y su equipo de la Universidad de Iowa (EE UU) demostraron mediante un estudio que tanto babuinos como palomas son capaces de realizar un aprendizaje relacional de alto nivel, como poder determinar si dos o más elementos son iguales o diferentes, o establecer las relaciones que existen entre otras relaciones. Hasta ahora se pensaba que estas habilidades eran exclusivas de los humanos, por lo que estos hallazgos tienen una gran importancia evolutiva. Wasserman relató sus conclusiones en el encuentro anual de la Asociación Americana para el Avance de la Ciencia (AAAS, por sus siglas en inglés) en Chicago. (Fuente: agenciasinc.es)