Quien dice que «los humanos deben ser respetados porque son humanos» no está dando ninguna razón, está defendiendo una ética hueca, pues ya sabemos que «los humanos son humanos», «los blancos son blancos» y los «hombres son hombres». La razón por la que un humano debe ser respetado es porque tiene una conciencia[1] gracias a la cual puede sufrir y disfrutar, y por lo tanto tiene intereses respecto a dichas experiencias que deben ser éticamente considerados. Quienes no son humanos deben ser respetados exáctamente por esta misma razón. Discriminar a alguien porque es una determinada especie es especismo[2]. El especismo es una discriminación arbitraria que sigue el mismo patrón que siguen todas las discriminaciones arbitrarias, como lo son el racismo, el sexismo, etc.
HISTORIA DE LOS PERROS GUÍA
Los primeros perros que fueron convertidos en perros guías, fueron adiestrados en Austria en el siglo XVIII. Leopold Chimani relató en un libro cómo Joseph Resinguer, nacido en 1775 y ciego desde los 17 años, había adiestrado a los tres perros con los que convivía para que le sirvieran de guías.
Más tarde, en 1819, Johann Wilkelm Kleim escribió un libro explicando técnicas que las personas ciegas podían usar para adiestrar a las perras, perfeccionando las técnicas de Reisinger. En él hacía referencia a «…un arnés rígido y previamente adiestrado, con gran esmero, por una persona vidente» (Coon, 1959, pag 45). En 1845, el alemán Jacob Birrer publicó otro libro describiendo las técnicas que utilizó para adiestrar a perras.
Casi cien años después, y movido por la cantidad de soldados alemanes que quedaron ciegos tras la Primera Guerra Mundial, el Dr. Gerhard Stalling abrió el primer centro de domesticación del mundo dedicado al adiestramiento de perras para personas con ceguera. El proyecto empezó a funcionar en 1916, en Oldenburg. Después se abrieron más centros en otras ciudades de Alemania.
En 1927, Dorothy Harrison Eustis (1886-1946), que trabajaba en Suiza como adiestradora en la sección de perros de rescate de la Cruz Roja, se interesó junto a su marido George por el centro de adiestramiento de Alemania y fue allí para estudiar sus técnicas. Dorothy y George se dedicaban a la cría de perras. Su criadero «Fortunata Fields» estaba en Vevey, Suiza, y serviría más tarde para proveer de perras al centro de adiestramiento ‘L´Oeil Qui Voit’, que fue fundado en 1929 por Dorothy y Morris Frank (quien solicitó a Dorothy que le adiestrara una perra). A partir de 1934, la cría se comenzó a realizar desde el mismo centro de adiestramiento. En principio, estos centros utilizaban perros de raza pastor alemán, pero tras la Segunda Guerra Mundial esta raza de perro fue utilizada por el ejército, así que empezaron a usar otras.
A día de hoy en todo el mundo hay alrededor de 68 centros donde se entrenan a perros para ejercer como guías.
HISTORIA DEL PERRO GUÍA EN ESPAÑA
Las primeras perras guía reconocidas en el Estado español llegaron en 1963 y provenían de la escuela de Rochester, en Detroit. La Organización Nacional de Ciegos de España (ONCE) y la Asociación Club de Leones (fundadora de la escuela Leader Dogs) llegaron a un acuerdo para que las españolas pudieran obtener los perros en EEUU (116 desde 1991 a 1995). En la actualidad, entorno a 24 perros por año proceden de Rochester.
En 1972 se crea en España el primer centro de adiestramiento de perros guías, la Escuela de Perros-Guía para ciegos General Óptica, en Sant Joan (Mallorca). Este centro entregó alrededor de 150 perras y cerró sus puertas en 1987. Actualmente en el Estado español hay un único centro donde se adiestran a perros para convertirlas en guías. Lo fundó la ONCE en Mostóles en 1990, aunque en 1999 pasó a estar en Boadilla del Monte. La finca tiene 110.000 metros cuadrados y cuenta con una residencia canina, sala de partos, clínica, bloque de cachorros, perrera, entrenamiento, aislamiento y pista de ejercicios.
La FOPG adiestra alrededor de 100 perras anuales, aunque tienen como objetivo superarse y pasar a las 120. Las razas de perro que utiliza principalmente la Fundación ONCE del Perro Guía (FOPG) son labrador, golden retriever y pastor alemán. A lo largo de sus más de 20 años, ha llegado a dar 1.876 perras. El 77% de estos animales han sido adiestrados en el mismo centro de la FOPG y el resto en la escuela «Leader Dogs For The Blind», en Rochester. En 2013 se entregaron 143 perros guía, con lo que en el Estado español, a través de la FOPG, hay 1007 perros que son utilizados como guías. La FOPG también suele hacer eventos donde lleva a perros guías para mostrarlos en una exhibición.
CRIADEROS DE PERROS GUÍA
El uso de perros guía también fomenta la cría de animales para conseguir un buen «ejemplar» con unas determinadas características. Esto va de la mano con el comercio de estos perros. En España los perros guía provienen de un criadero propio de la FOPG. Según una entrevista hecha a la FOPG, «los reproductores» viven con familias de acogida y acuden al centro para la reproducción y los partos.
En la selección de la raza se tiene muy en consideración la salud de los progenitores, la ausencia de taras genéticas en el temperamento, la talla y el pelaje, así como la adaptabilidad, grado de dominancia, concentración, motivación y grado de agresividad. La selección se lleva a cabo fundamentalmente realizando pruebas de comportamiento, observando la conformación anatómica, y descartando la presencia de patologías congénitas y otras enfermedades.
La razas más utilizadas como perros guía en la actualidad son (puestos en orden de resultados efectivos para las personas): El cruce entre labrador y golden, el labrador retriever, el golden retriever y el pastor alemán. Estas razas también cuentan con buena capacidad de aprendizaje, así es más fácil su adiestramiento y sumisión. En menor número se utilizan o han utilizado border collie, flat coated, curly coated, leonberger, pastor belga, boxer, collie rough, caniche gigante, rodesian, perros mestizos, etc. En el España incluso se ha intentado con el Pastor Vasco, pero sin éxito. Se les exige tener el pedigrí acreditativo de pureza. Ya que quieren conseguir un animal con unas características físicas y psíquicas concretas lo que hacen es criarlos únicamente para ese fin.
Las hembras y machos que utilizan como reproductores tienen que tener entre 2 y 4 años de edad y un tamaño medio de entre 28 y 45 kilos.
En el caso de la hembra, el control se basa en el siguiente proceso: la detección de celo, la monta natural o inseminación artificial, el diagnóstico de gestación y el control de éste y del parto. Respecto a las pruebas de comportamiento, se busca que tengan alta capacidad de aprendizaje, sean disciplinadas, inteligentes y cariñosas. Se excluyen a las perras que presenten agresividad, miedo a ruidos, a personas extrañas y a aquellas que no sean del todo sociables.
En el caso del macho, el control se basa fundamentalmente en el análisis de la calidad de su esperma. En concreto, la FOPG está llevando a cabo un programa de congelación de semen con el fin de conservar los individuos mejorantes. Es esencial realizar una correcta selección de los sementales. Esta selección tiene lugar sobre el año de edad, y normalmente se hace una línea de cría: se suelen seleccionar descendientes de machos ya probados. Las pruebas de comportamiento, conformación anatómica y ausencia de patologías congénitas y otras enfermedades son las mismas que en el caso de la hembra de cría.
En cuanto a la conformación anatómica, se pretende mantener el estándar de cada una de las razas anteriormente mencionadas en altura, peso, capa y aparato genital. Además, se necesita superar una serie de pruebas clínicas de cadera, codo y hombro; alergias, enfermedad congénita cardíaca, enfermedad oftalmológica y cualquier otro problema que le impida realizar su función de animal de trabajo durante el mayor tiempo posible.
Toda esta búsqueda de perfección conlleva el rechazo a las perras que no salgan con las características que buscan, el futuro de estas perras es cuanto menos incierto.
ADIESTRAMIENTO DE LOS PERROS GUÍA
Los intereses de los perros que son utilizados como guías se ven constantemente frustrados: cuando salen a la calle no pueden relacionarse ni jugar con otros perros, ni correr, ni curiosear el ambiente que les rodea, ni interactuar con otros humanos más allá de la persona a la que sirve, etc. Estas perras son obligadas a trabajar casi todo el día, entendemos que el único momento que tienen de descanso es cuando la persona a la que sirven descansa.
Desde que nace hasta que tiene 7 semanas de edad: en el criadero
El adiestramiento de los perros comienza casi desde su nacimiento. Se les someterá a un test inicial para saber si vale para perro guía. Si el cachorro no supera el test desconocemos qué ocurre con él.
Desde los 7 meses al año de edad: con una familia
Una vez pasado un test inicial, a las 7 semanas de vida, si se considera que es apto para que le conviertan en perro guía, el cachorro es entregado a una familia de acogida para que se habitúe a las situaciones cotidianas en el hogar y alcance un objetivo de obediencia mínima. Esto se hace mediante un contrato que tiene que firmar la familia en el que se tienen que comprometer a educar al cachorro según instrucciones concretas y a devolverlo a la escuela cuando lo necesiten.
Con la familia aprenderá a ser limpia y sumisa, a ser sociable, a desarrollar su autocontrol, a no tirar del arnés ni ser destructiva, a viajar en los transportes públicos, entrar en establecimientos y aceptar la obediencia como algo natural, algo curioso es que les prohíben jugar con cualquier pelota, ya que si lo asumen como algo normal más tarde eso podría poner en peligro la vida de la persona invidente.
Durante los primeros cuatro meses de adiestramiento se le enseña a obedecer comandos y desobedecerlos para salvaguardar su vida y la de su amo. A los 8 meses se le hace un reconocimiento completo (escáner, radiografía, etc. para detectar alguna posible enfermedad física), así como también un estudio psicológico para descartar a las que no les resulten útiles. El instinto de caza, protección y guarda tiene que quedar totalmente anulado.
Desde el año de edad hasta los 18-22 meses de edad: adiestramiento
Al cumplir un año de edad, cuando la perra ya se ha habituado a estar con la familia se lo llevan de nuevo a la fundación, donde seguirá con su adiestramiento. Según palabras textuales de la FOPG, «los cachorros comparten con las familias adoptivas la única fase de su vida en la que pueden ser simplemente perros».
La fase de adiestramiento suele durar entre 6 y 10 meses. En esta etapa se sigue reforzando la obediencia básica que ya le inculcó la familia y se introduce el arnés especial que llevarán más tarde cuando estén con la persona con ceguera, cuando esto ya esta normalizado en la perra se le adiestra para cosas como cruzar la calle en línea recta, evitar obstáculos, marcar puertas, escaleras o bordillos. Según la FOPG, se refuerzan los buenos comportamientos de la perra con premios y castigan los malos, aunque dicen que nunca utilizan la violencia física.
En esta etapa se hace también una selección descartando aquellos perros que parezcan miedosos o «excesivamente decididos». Se realiza también una prueba de detonación, por una parte para conocer su sensibilidad auditiva y por otra para prescindir de aquellos que no se recuperen fácilmente del susto. No dejan claro a que tipo de detonación se les somete, pero en un vídeo de su página web podemos ver que se trata, al menos, de un disparo con un arma de fuego.
Al final de esta etapa, según los entrenadores, el 20% de los perros son descartados.
Desde los 18-22 meses de edad hasta que dejan de ser considerados útiles: con un ciego
Después del entrenamiento, empieza la etapa llamada «fase de acomplamiento», que es cuando entra en escena la persona invidente. En esta etapa, esa persona tiene que hacer un curso durante 3 semanas para aprender a manejar al perro. Más tarde se continúa el curso en casa de la persona, y se trabajan sus rutas y necesidades concretas, y a partir de ese punto ya convivirán juntos.
Como si se tratase de un bien material, la persona adquiere en usufructo a la perra, a través de un contrato de cesión con la FOPG, en el que se detallan derechos y obligaciones de ambas partes. La FOPG facilita a la persona invidente un manual donde dan indicaciones, consejos, derechos, obligaciones, etc., entre ellos hablan de las órdenes llamadas «control en movimiento» que sirve básicamente para conseguir que la perra haga lo que la persona quiere, es realmente llamativo como hay una orden llamada «haz» que sirve para marcar a la perra cuando debe de hacer sus necesidades.
Los perros guía dejan de ser considerados perros normales y son convertidos en instrumentos de movilidad personal (intransferible y monoplaza). El precio que le ponen a estos perros (cría, mantenimiento, entrenamiento, gastos veterinarios, etc.) es de alrededor de 35.000 € por perro, es decir, son considerados cosas. El perro-guía es convertido en una herramienta de trabajo, un instrumento con unos fines muy marcados. Así como la taladradora es para hacer agujeros, el «perro guía» es para guiar, como si fuera un robot. Como esta «trabajando» se prohíbe que otras personas le saluden, le den de comer e incluso que le toquen. De hecho, es frecuente ver cómo a estos perros les cuelgan un cartel en el que pone: «No me toquen, estoy trabajando».
Cartel informativo encontrado en un centro de trabajo |
Perros guías inservibles: una vida usada
Cuando llegue el momento en que el perro enferme o pierda capacidades, entre los 8 y 10 años, no será útil para el ciego, por lo cual será reemplazado por otro perro y le «jubilarán», le llevarán de nuevo a las instalaciones de la FOPG donde tendrá que esperar para ser adoptado o quedarse en el centro si no encuentra una nueva familia. Como durante muchos años estos perros han estado acostumbrados a no actuar como un perro si no como un instrumento, aún cuando encuentre una familia que le quiera cuidar después, los daños psicológicos que pueda sufrir son desconocidos, es decir, al estar reprimidos durante tantos años es probable que no actúen con normalidad.
ALTERNATIVAS A LOS PERROS GUÍA
En ningún momento quiero menospreciar las dificultades que tienen los humanos con problemas de visión en su día a día, pero debemos evitar que el bienestar de unos sea a costa del malestar de otros, independientemente de la especie a la que alguien pertenezca. Por eso debemos buscar alternativas al uso de «perros guía». Más aún cuando esta misma labor la podrían realizar otras personas con las que las personas con ceguera se podrían comunicar mejor para expresar sus carencias y necesidades. De hecho, las personas sordociegas llevan un acompañante humano proporcionado por la Fundación Once para la Atención de Personas con Sordoceguera (FOAPS), y lo mismo podría hacerse con los ciegos. Aún así, también es conocido que hay muchísimas personas con ceguera que pueden desarrollar su vida con normalidad solo con la ayuda de un bastón adaptado.
Es curioso que en un país como España, en el que cientos de miles de españoles se ven obligados a emigrar para encontrar un trabajo bien pagado o para encontrar simplemente un trabajo, el Estado esté gastando 35.000 euros para que un perro tenga un trabajo que podría y debería realizar un humano.
Este artículo está basado en el artículo «Perros utilizados como guías», añadiéndole actualizaciones personales.