ARGUMENTO: “La materia/energía y la Lógica no son verdades absolutas, todo es relativo”
RESUMEN: ¿Qué es la verdad? ¿qué es la verdad absoluta o realidad? ¿la existencia de la materia depende de que una conciencia la perciba o existe independiente de ella? ¿cada persona tiene sus propias leyes lógicas o existen unas leyes lógicas universales? Éstas son algunas de las preguntas a las que aquí vamos a responder.
Aunque los conceptos de verdad y realidad (verdad absoluta) se encuentran estrechamente relacionados, son muy diferentes: la verdad es subjetiva y la realidad es objetiva. Los relativistas se contradicen cuando pretenden subordinar lo objetivo a lo subjetivo afirmando que "la verdad absoluta es que no existen verdades absolutas", es decir, cuando afirman que "la realidad es que no existe la realidad". El relativismo lleva al solipsismo o "solamente yo existo". Para demostrar que se debe respetar a los demás primero se debe
demostrar que los demás (y lo que les ocurre) son reales, es decir, que la subjetividad no produce a los demás, sino que la subjetividad los percibe. Podemos demostrar que la materia no es producto de la imaginación realizando un experimento que compruebe que la experiencia de dolor no es producto de haber tenido la idea de que se ha producido un "choque de ideas", por ejemplo, el choque de la "idea palo" con la "idea cuerpo", sino que dicho dolor se produce sin necesidad de que exista la idea "choque de ideas", cuando nos golpean sin que lo esperemos. Algunas personas van más allá en su absurdez cuando afirman que "cada persona tiene su lógica", "la razón es relativa", "todos tienen la razón" o "nadie tiene la razón absoluta", usando la Lógica (la afirmación/negación) para otorgarse la razón. A la materia/energía y la Lógica las representamos en este blog como (A=A), representando los paréntesis una esfera material, y A=A representando el Principio lógico de identidad; siendo ambas las verdades absolutas (la realidad) en las que se fundamenta todo lo demás.
Algunas personas dicen que «no existen verdades absolutas» ó que «todo es relativo». Afirmar que no existen verdades absolutas se llama «relativismo». Hay varios tipos de relativismo. Si el relativismo se refiere a la existencia de lo que se percibe entonces se llama «relativismo ontológico». Si el relativismo se refiere a lo que el sujeto puede conocer con certeza entonces se llama «relativismo cognitivo» o «relativismo epistemológico». Si el relativismo se refiere a normas éticas entonces se llama «relativismo moral» o «relativismo ético». Los relativistas pretenden pasar por verdad absoluta la afirmación «no existen verdades absolutas, todo es relativo», por lo tanto se contradicen, rebatiéndose a sí mismos. Al ser el relativismo una contradicción, éste se rebate a sí mismo[1].
Las ideas relativistas y subjetivistas aparecen en la Atenas del siglo V a.C. en boca de los sofistas. Unos de los principales sofistas fue Protágoras (480-410 a.C.), cuya frase célebre es la siguiente: «El hombre es la medida de todas las cosas, de las que son en cuanto que son y de las que no son en cuanto que no son». También el sofista Gorgias de Leontinos (485 a.C.- 380 a.C.) niega la realidad, el conocimiento y la validez del lenguaje. Los sofistas eran viajeros que conocían diferentes culturas, totalmente distintas a la griega. Por eso se plantearon problemas referidos a las costumbres morales y a las leyes. ¿Son las costumbres y leyes un simple acuerdo, una convención, o hay alguna fundamentación racional? Surgió así la idea de relativismo. Los sofistas fueron los primeros en cobrar dinero por sus enseñanzas, es decir, los creadores de la educación privada. Sus enseñanazas tenían una finalidad práctica: saber desenvolverse en los asuntos públicos, el respeto a las leyes y cómo triunfar en la política. Para ello los sofistas enseñaban el arte de hablar en público, la retórica, esencial en el sistema político griego, en la que muchos ciudadanos participaban.
El relativismo
"El significado más frecuente del término “relativismo” hace referencia al sistema o doctrina que sostiene que todos los puntos de vista sobre una misma cuestión son igualmente válidos o correctos (o igualmente inválidos e incorrectos). En la medida que es una tesis general, se puede aplicar a diferentes áreas como la ética, la ciencia, la estética, la política, etc. Cualquier tipo de relativismo presenta dos tesis centrales: la primera sostiene que toda afirmación es relativa a un punto de vista particular o a un esquema general específico; la segunda sostiene que ningún punto de vista es privilegiado sobre los otros. La primera tesis hace referencia a la dependencia de cualquier idea o tesis respecto a un marco o esquema específico; mientras que a la segunda se refiere más bien a la indeterminación de establecer cuál de los puntos de vista rivales sobre un asunto específico tiene preferencia. Cabe señalar que dicha imposibilidad puede ser de varios tipos, i.e., metodológica, lógica, epistemológica, etcétera." Godfrey Guillaumin, "El relativismo epistemológico visto a través de la teoría del cambio científico de Thomas Kuhn", 2009
El subjetivismo
El subjetivismo es la idea según la cual el sujeto precede a una realidad exterior a él, por lo tanto el subjetivismo rechaza la existencia de verdades absolutas no dependientes de él mismo.
Diferencia entre relativismo y subjetivismo
El subjetivismo limita la validez de la verdad al sujeto que conoce y juzga principalmente según su entendimiento y en consideración a su realidad específica (entorno e interacción social) entendida no como un hecho «externo» sino como parte constitutiva del sujeto, es decir, afirma que el conocimiento solo es posible de manera limitada. No debe confundirse el subjetivismo con el relativismo. El relativismo, que se asemeja mucho al escepticismo filosófico, tampoco admite ninguna verdad absoluta que tenga validez universal, pero mientras el subjetivismo hace depender el conocimiento humano de factores que residen en el sujeto cognoscente, el relativismo subraya la dependencia casi exclusiva de factores externos. Como tales considera la influencia del medio, del espíritu, del tiempo, de la pertenencia a un determinado círculo cultural o clase social, y los factores determinantes contenidos en ellos.
Algunas personas dicen que «sólo existe una verdad absoluta: no existen verdades absolutas».Este argumento no es relativista, sino pseudorelativista. Por ejemplo, el religioso Nikolái Berdiáyev (1874-1948) dijo: «más no existen, en principio, verdades absolutas; hay, en realidad, una sola verdad absoluta, a saber: que no hay verdad absoluta en sí», que viene a ser lo mismo que decir «existe la verdad absoluta, no existe la verdad absoluta». Estas personas hacen una afirmación contradictoria y por tanto se rebaten a sí mismas. Para
intentar evitar esta contradicción, estas personas modifican ligeramente la afirmación anterior y en su lugar dicen: «solo existe una verdad absoluta: la verdad es relativa» o, en otras palabras, «la verdad relativa es la única verdad absoluta», pero si analizamos dicha afirmación vemos que intentan igualar «verdad relativa» a «verdad absoluta». Si «la verdad es relativa» entonces esa verdad no puede ser absoluta porque «relativo» y «absoluto» son dos conceptos contradictorios. Igualar dos conceptos contradictorios (A = no A) es una contradicción, es absurdo, es mentir. Por tanto estas personas también se rebaten a sí mismas.
Como acabo de demostrar, los relativistas y pseudorelativistas están rebatidos por sus propias contradicciones pero, ante dichas contradicciones, algunas de estas personas dicen que «lo que para alguien es contradictorio, para otro no lo es», es decir, dicen que «la Lógica no es una verdad absoluta, sino relativa»; a estas personas las respondemos a continuación.
RESPUESTA A LA NEGACIÓN DE LA LÓGICA COMO VERDAD ABSOLUTA:
La Lógica es una ciencia formal y una rama de la Filosofía que tiene sus orígenes en Aristóteles (384 a.C. – 322 a.C.). La Lógica estudia qué conclusión se infiere o deduce
a partir de unas premisas, independientemente de que las premisas sean verdaderas o falsas, pues la Lógica se centra en la estructura deductiva, no en el contenido. La inferencia se realiza mediante el uso de unas leyes o principios lógicos, y es a su correcto uso a lo que llamamos «razonar», que no es exclusivo de humanos[2]. El Principio lógico de Identidad (A = A) es el principio esencial de la Lógica, y significa «lo que es, es» o «A entonces A»; fue formulado por primera vez por Parménides de Elea. Teniendo en cuenta el factor tiempo podemos expresarlo como At = At o «lo que es en un instante de tiempo, es eso mismo en ese mismo instante de tiempo». Del Principio de Identidad se derivan el Principio lógico de No Contradicción (A ≠ ¬A) que significa «lo que es, no es lo que no es», y el Principio lógico del Tercero Excluido (A v ¬A) que significa «o es, o no es». Estos tres principios son los principios básicos de la Lógica[1]. Los principios lógicos pueden
referirse a la existencia (plano ontológico: algo existe o no existe) o
al conocimiento (plano epistemológico: cómo es algo que existe).
Algunas personas afirman que «la Lógica (A=A) no es una verdad absoluta (realidad), sino una verdad relativa a cada persona». Estas personas utilizan la Lógica para afirmar que «cada persona tiene su propia lógica» en lugar de para afirmar lo contrario, pues reconocen que no es lo mismo afirmar una cosa que afirmar lo contrario (A ≠ ¬A). Algunas de estas personas se dan cuenta de que la comunicación tiene una base lógica y
entonces dicen que «los
animales no humanos y algunos humanos no comprenden qué es la Lógica, por lo
tanto la Lógica no es una verdad absoluta para ellos», por lo tanto vienen a decir que «para
que algo sea una verdad absoluta tiene que ser comprendido por todos», pero lo que ocurre es que estas personas confunden la «realidad» con el «conocimiento de la realidad». Otras veces se utiliza un argumento relativista contra la Lógica afirmando que «nadie tiene la razón
absoluta», como si no existiera la razón y todo fueran opiniones igual
de válidas, excepto dicha afirmación; por lo tanto
quien afirma «nadie tiene la razón absoluta» se contradice, rebatiéndose a sí mismo. La realidad es que existen los opuestos (sí/no): «lo que es, es» (A=A) y «lo que no es, no es» (¬A = ¬A). Sin Lógica no es posible una comunicación con sentido, pues no se podrían diferenciar unos mensajes de sus opuestos ni por lo tanto razonar. Las personas que niegan que la Lógica es una verdad absoluta defienden la locura (A = ¬A), por lo que hablar con ellas es perder el tiempo, y tratarán de manipularte mediante mensajes contradictorios.
Algunas personas dicen que «la Lógica no es una verdad absoluta porque la materia puede estar en dos sitios al mismo tiempo». Generalmente estas personas suelen decir que «la mecánica cuántica
afirma que una partícula puede estar en dos sitios al mismo tiempo y
que eso es una contradicción que rebate la Lógica», lo cual revela que estas personas no han entendido la mecánica cuántica.
Lo que dice la mecánica cuántica es que los electrones (y las partículas subatómicas en general) se comportan como ondas, no como partículas, lo cual explica que un electrón «pueda estar en dos lugares al mismo tiempo», por lo que no hay nada ilógico en lo que sucede. Otras veces hablan de entrelazamiento cuántico,
pero en este caso lo que está en dos sitios a la vez es el mismo estado de la partícula (la información), lo cual tampoco es ilógico. Ademas, incluso suponiendo que lo que estuviera en dos sitios al mismo tiempo no fuera una onda, sino una partícula, eso sería una anormalidad respecto a la relación materia-espacio, pero seguiría siendo un hecho lógico; lo ilógico sería que una partícula «estuviera y no estuviera en dos sitios a la vez».
RESPUESTA A LA NEGACIÓN DE LA MATERIA/ENERGÍA COMO VERDAD ABSOLUTA:
Antes de demostrar que se debe respetar a los demás se debe demostrar
que los demás existen independientemente de la propia subjetividad. Si los demás seres sintientes sólo fueran una idea en la propia conciencia entonces no habría ninguna razón por la que se les debería respetar. Para
demostrar que los demás son reales es necesario estudiar la relación sujeto-objeto. La relación sujeto-objeto es una de las cuestiones más esenciales de la Filosofía y de dicha relación se derivan los conceptos subjetivo-objetivo, verdad-realidad y yo-alteridad. A continuación presento un breve resumen histórico sobre la relación sujeto-objeto:
En 1637 René Descartes (1596-1650) escribió el libro «Discurso del método» en el cual aparece el famoso «cogito ergo sum» (pienso, por lo tanto existo), que es una traducción del francés: «Je pense, donc je suis». Descartes fue acusado de plagio, especialmente por la coincidencia con el siguiente texto de Gómez Pereira (1554): «Nosco me aliquid noscere: at quidquid noscit, est: ergo ego sum» (Conozco que yo conozco algo. Todo lo que conoce es; luego yo soy), y también por el planteamiento de Discurso del Método que ya aparece en Francisco Sánchez, y que fue denunciado por Pierre Daniel Huet en «Censura filosófica cartesiana» (1689); también existen antecedentes en Agustín de Hipona (354-430) y en el argumento del Hombre Volante de Avicena (980-1037). Descartes coloca al yo en el centro de la reflexión filosófica, un yo atrapado en sus propios pensamientos que pone en duda que todo lo demás sea real, dice Descartes: «Pero enseguida advertí que mientras de este modo quería pensar que todo era falso, era necesario que yo, quien lo pensaba, fuese algo. Y notando que esta verdad: yo pienso, por lo tanto soy era tan firme y cierta, que no podían quebrantarla ni las más extravagantes suposiciones de los escépticos, juzgué que podía admitirla, sin escrúpulo, como el primer principio de la filosofía que estaba buscando» El «pienso, por lo tanto existo» se convirtió en el elemento fundamental del racionalismo occidental, que es el sistema de pensamiento que acentúa el papel de la razón en la adquisición del conocimiento. Al racionalismo se opusieron los empiristas británicos, como John Locke (1632-1704) y David Hume (1711-1776) que, en sentido contrario, defendían que todas las ideas o experiencias proceden de lo percibido por los sentidos.
La idea del cogito lleva al idealismo subjetivo. Uno de los representantes del idealismo subjetivo es el obispo George Berkeley (1685-1753) con sus obras «Tratado sobre los principios del conocimiento humano» (1710) y «Tres diálogos entre Hylas y Filonus» (1713). Berkeley decía que «las cosas son un complejo de sensaciones» que no existen independientemente de la conciencia, es decir, las cosas son subjetivas. Su máxima era «esse is percipi» («Existir es ser percibido»). Pero, Berkeley, al negar la existencia objetiva de todo, iba llegando al solipsismo «[ego] solus ipse» (traducible de forma aproximada como «solamente yo existo»), el cual incluso niega el principio básico de su filosofía: a Dios. En su intento de evitar el solipsismo, Berkeley admite la multiplicidad de substancias anímicas (espíritus), así como la existencia de un «espíritu infinito» (Dios) que dice que es la causa de las sensaciones (dice que una mesa real es una idea en la mente de Dios); todo ello le lleva al idealismo objetivo. El idealismo objetivo afirma que existe una realidad no material cuya existencia es independiente de la propia subjetividad, y por tanto reconoce que existe la objetividad. Así lo explica V. I. Lenin (1870-1924): «Explicando las “ideas” por la influencia de la divinidad sobre la inteligencia humana, Berkeley se acerca así al idealismo objetivo: el mundo ya no es mi representación, sino el resultado de una causa espiritual suprema que crea tanto las “leyes de la naturaleza” como las leyes que distinguen a las ideas “más reales” de las “menos reales”, &c.». Con su sistema filosófico, Berkeley luchaba contra el materialismo como fundamento filosófico del ateísmo, así lo explicaba el propio Berkeley: «Sobre la base de la doctrina acerca de la materia o de una sustancia corpórea se originaron todos los argumentos impíos del ateísmo y de la negación de la religión... No hace falta decir que la sustancia material fue siempre el gran amigo de los ateos. Todos sus sistemas monstruosos, evidente y necesariamente, dependen hasta ahora de ella, de modo que una vez apartada esta piedra angular, todo el edificio se derrumba inevitablemente». La filosofía de Berkeley fue la reacción de los círculos conservadores de la burguesía inglesa del siglo XVIII contra el materialismo inglés del siglo XVII. La teoría de Berkeley halló su ulterior desarrollo en el machismo (de Ernst Mach (1838-1916)). En 1908 Lenin publicó su libro «Materialismo y Empiriocriticismo» en el que desde el materialismo dialéctico sometió a una crítica demoledora las concepciones de Berkeley y de sus continuadores machistas.
En 1781 Inmanuel Kant (1724-1804) publicó «Crítica de la razón pura» que recoge la esencia de su pensamiento al que llama «idealismo trascendental», que después llamó «idealismo crítico», para distinguirlo del idealismo subjetivo de Berkeley. Kant sostiene que es dudosa la existencia de cosas ajenas e independientes al sujeto y que éstas, a las que llama las «cosas en sí» o noúmeno, nos son imposibles de conocer (son incognoscibles), sólo pueden ser inferidas como la causa de que existan percepciones sensibles. Sólo podemos conocer la «cosa en sí» de manera imperfecta mediante el fenómeno (o representacón). Según Kant, el fenómeno es creado por el sujeto ordenando racionalmente el caos de impresiones o sensaciones que le llegan por los sentidos; para ello usa las «formas a priori de la sensibilidad» (el tiempo y el espacio), que se denominan también «intuiciones puras»: «intuiciones» porque permiten la intuición empírica (son el marco en el que se han de dar dichas intuiciones) y «puras» porque no tienen un origen empírico, y también usa las «categorías del entendimiento». El idealismo trascendental kantiano corona un período de aproximadamente 200 años de filosofía en el cual se deja ver la impronta cartesiana que coloca al yo en el centro de la reflexión filosófica. Aquí puedes leer un resumen en diapositivas sobre la filosofía de Kant.
En 1782 Garve (1742-1798) y Feder (1740-1821) publican una conocida reseña de «Crítica de la razón pura» en la que acusan a Kant de defender un idealismo comparable al de Berkeley. En 1787 F. H. Jacobi (1743-1819) publicó «David Hume über den Glauben, oder Idealismus und Realismus. Ein Gespräch» («David Hume sobre la creencia, o idealismo y realismo. Una conversación»), en donde Jacobi refuta el idealismo transcendental kantiano, mostrando que o bien se acepta la existencia de las «cosas en sí» y se abandona el idealismo trascendental por completo, o bien se abraza un idealismo enérgico y se acepta que éste conduce necesariamente al solipsismo, a la negación de cualquier otra realidad que no sea el yo pensante. En 1790 Salomon Maimon (1753-1800) publica su ensayo «Versuch über die Transscendentalphilosophie» («Ensayo sobre la filosofía trascendental») en el que denuncia la incompatibilidad de una conciencia que puede aprehender la «cosa en sí» y sin embargo está separada de ella. En 1792 G.E. Schulze (1761-1833) en su escrito «Aenesidemus» denuncia que si para Kant la causalidad es una mera forma subjetiva del pensamiento que sólo puede aplicarse a los fenómenos, pero no a las «cosas en sí», entonces las «cosas en sí» no pueden ser
la causa de los fenómenos.
Los continuadores del idealismo alemán iniciado por Kant coincidirán en que éste no logró su objetivo de transformar la Filosofía en una ciencia. Las tres variantes principales del idealismo alemán son el «idealismo
subjetivo» de Fichte (1762-1814), el «idealismo objetivo» de Schelling (1775-1854) y el «idealismo absoluto» de Hegel (1770-1831). Posteriormente, Karl Marx (1818-1883) tomará algunos elementos importantes
del idealismo alemán, en particular de Hegel (los conceptos de
alienación, dialéctica,...), pero interpretándolos en un sentido
materialista. En su «Tesis sobre Feuerbach» (1845) Marx escribe: «Los filósofos no han hecho más que interpretar de diversos modos el mundo, pero de lo que se trata es de transformarlo».
En cuanto a la relación sujeto-objeto básicamente existen dos ideas contrarias: el materialismo filosófico o realismo por un lado y el idealismo filosófico por el otro. La tesis general del materialismo es que el sujeto o conciencia es
un fenómeno producido por un objeto material (por un cerebro). Para el sujeto materialista la materia existe: existe una realidad material compartida por otros sujetos que poseen su propio cuerpo
material. El materialismo es la base ideológica en la que se apoya la ciencia. Según la RAE, la verdad es la «conformidad de lo que se dice con lo que se siente o se piensa». Desde la perspectiva del materialismo, un sujeto puede decirnos la
verdad, ser sincero, pero su verdad puede no coincidir con la realidad material. Por ejemplo, quien alucina dice la verdad cuando afirma que ve un unicornio, pero dicho unicornio no es real. Representantes del materialismo son Parménides, Leucipo, Demócrito, Epicuro, Aristóteles, Bakunin, Karl Marx, Engels, Lenin, etc. En cambio, la tesis general del idealismo es que el objeto es producido por el sujeto, es decir, que los objetos los produce la conciencia: son ideas. Para el sujeto idealista no existe la materia o la pone en duda. Para el sujeto idealista los demás seres sintientes son ideas propias (idealismo subjetivo o solipsismo) o «espíritus» independientes (idealismo objetivo). El idealismo objetivo es la base
ideológica en la que se apoyan las religiones que afirman que un supuesto «espíritu» (un dios) creó el universo y que éste son ideas.
Alguna persona dice que no existe nada externo a su propia conciencia. Este argumento se llama «idealismo subjetivo» o «solipsismo». El representante histórico del solipsismo es George Berkeley (1685-1753), pero lo rechazó cuando se dio cuenta de que dicha idea negaba la existencia de «dios» y de otras conciencias humanas, razón por la que pasó a defender el idealismo objetivo que explicaré posteriormente. Otros representantes del solipsismo son Kant (que sin éxito intentó evitar el solipsismo con su «idealismo transcendental»), Fichte, Mach, Cassirer y Collingwood. Según el idealismo subjetivo o solipsismo, sólo
existe la propia conciencia del solipsista (del latín «[ego] solus ipse», «sólo yo existo»), por lo que todos los objetos que éste percibe son ideas en su propia conciencia que no existen independientemente de ella: para el solipsista no existe un «fuera de mí». Para el solipsista los demás seres sintientes sólo son ideas en su propia conciencia (amigos invisibles), es decir, cuando el solipsista habla contigo dice que está hablando consigo mismo, lo cual puedes comprobar que es falso. El solipsista no te reconoce como sujeto, sino sólo como objeto en su mente. Por lo tanto no tiene sentido hablar con un solipsista y éste supone una amenaza para los seres sintientes debido a su pensamiento psicopático, razón por la cual debería ser internado en un psiquiátrico o en una prisión. Según el solipsista, su encierro será parte de su imaginación, por lo que no tiene sentido que te recrimine como si alguien le fuera a encerrar pues, según él, sólo existe él mismo.
Algunas personas reconocen que existen cosas externas a su propia conciencia, pero dicen que ninguna de ellas es material. Este argumento se llama «idealismo objetivo». Representantes del idealismo objetivo o cercanos a él son Platón, Leibniz, Schelling, Hegel, Bolzano, Dilthey y Frege. El idealismo objetivo es propio de las religiones que afirman que existen humanos con un «alma inmortal» y que existe un «dios», es decir, afirman que existe un «fuera de mí» más allá de lo percibido para no caer en el solipsismo. Ese «fuera de mí» dicen que son «imágenes fantasmales» a las que asocian con «espíritus» o «almas indestructibles», aunque se desconoce mediante qué inferencia lógica llegan a esa conclusión. Alguno de estos idealistas objetivos dicen que defienden el «todianismo», por ejemplo aquí, aquí y aquí... Sin embargo, al reconocer que fuera de la propia conciencia existen conciencias asociadas a una imagen están reconociendo que existe un espacio real de separación entre unas conciencias y otras, y por lo tanto están reconociento la existencia de tiempo en el movimiento de dichas imágenes a través del espacio objetivo. Lo curioso es que dichas imágenes no son «fantasmales»: chocan unas contra las otras, interaccionan, muestran solidez y es a dicha solidez a lo que llamamos «materia», la cual se la dan los átomos. La ciencia ha demostrado que el espacio, el tiempo y el movimiento son inseparables de la materia:
«Formas fundamentales de existencia de la materia. La filosofía se interesa, ante todo, por el problema de la relación del tiempo y espacio con la materia, es decir, son reales el tiempo y el espacio o constituyen puras abstracciones que sólo existen en la conciencia. Los filósofos idealistas niegan la dependencia del tiempo y espacio respecto de la materia y los consideran como formas de la conciencia individual (Berkeley, Hume, Mach), o como formas apriorísticas de la contemplación sensorial (Kant), o como categorías del espíritu absoluto (Hegel). El materialismo subraya el carácter objetivo del tiempo y espacio. El hecho de ser inseparables de la materia constituye una manifestación de su universalidad. El espacio expresa el orden de distribución de los objetos que coexisten simultáneamente, mientras que el tiempo la consecutividad de los fenómenos que se sustituyen unos a otros. El tiempo es irreversible, es decir, todo proceso material se desarrolla en una dirección: del pasado al futuro. El materialismo dialéctico reconoce no simplemente el nexo exterior del tiempo y espacio con la materia en movimiento, sino que considera que el movimiento es la esencia del tiempo y espacio y que, por consiguiente, la materia, el movimiento y el tiempo y espacio son mutuamente inseparables. Esta idea ha sido confirmada por la física moderna. Al hablar de la objetividad del tiempo y espacio, las ciencias naturales de los siglos 18-19 los tomaban, siguiendo a Newton, separadamente uno de otro, considerándolos como algo que no depende en absoluto de la materia y el movimiento. De conformidad con los criterios atomistas de los filósofos naturalistas antiguos (Demócrito, Epicuro), hasta el siglo 20, los naturalistas identificaban el espacio con el vacío, considerándolo absoluto, homogéneo e inmóvil siempre y en todas partes, y el tiempo transcurre uniformemente. La física moderna echó por la borda la vieja noción sobre el espacio como recipiente vacío de cuerpos y sobre el tiempo, como fenómeno único para todo el Universo infinito. La conclusión principal de la teoría de la relatividad de Einstein consiste precisamente en que el tiempo y espacio no existen por sí solos, separados de la materia, sino que se encuentran en una interconexión, en que pierden toda independencia, constituyendo los aspectos de un todo único y diverso. La teoría general de la relatividad demostró que el correr del tiempo y la extensión de los cuerpos dependen de la velocidad del movimiento de los mismos y que la estructura o las propiedades del continuo tetradimensional (espacio-tiempo) cambian en dependencia de la aglomeración de las masas de substancia y del campo gravitacional engendrado por ellas. En la creación de la teoría moderna del tiempo y espacio desempeñaron un gran papel las ideas de Lobachevski, B. Riemann, K. F. Gauss, J. Bolyai. El descubrimiento de la geometría no euclidiana refutó la doctrina kantiana del tiempo y espacio como formas extraexperimentales de la percepción sensorial. Las investigaciones de Bútlerov, E. Fiódorov y sus partidarios pusieron de manifiesto el hecho de que las propiedades espaciales dependen de la naturaleza física de los cuerpos materiales y que las propiedades físico-químicas de la materia están condicionadas por la ubicación espacial de los átomos. La variabilidad de nuestras representaciones sobre el tiempo y espacio es utilizada por el idealismo para negar la realidad objetiva de los mismos. Según el materialismo dialéctico, el conocimiento humano en su desarrollo ofrece una idea cada vez más profunda y certera acerca del tiempo y espacio como calidades objetivamente reales.»
Fuente: Diccionario de filosofía · 1984:423-424. Editado por I. T. Frolov. Traducido del ruso por O. Razinkov
Aquí algunos experimentos que demuestran la existencia de la materia:
- Experimento del choque material. Si el idealista no tuviera en su conciencia ideas como «aquí existe una pared que me impide avanzar» o «existe un suelo que me impide caer» entonces dichas ideas desaparecerían junto con sus propiedades, pero eso no puede hacerlo porque la existencia de esa pared y de ese suelo no dependen de su conciencia, sino que existen independientemente de ella. El idealista no puede actuar como si la materia no existiera, inevitablemente su cuerpo material choca con otros cuerpos materiales conocidos y desconocidos, y la ley de la gravedad le atrae hacia el suelo material. Esas formas que percibe están hechas con átomos. En mayo de 2013 se publicó la primera fotografía de un átomo de hidrógeno junto con el orbital de su electrón. El idealista no puede hacer todo cuanto desea.
- Experimento de las necesidades biológicas. Si, según los idealistas, la materia no existe, sino que todo son ideas o espíritu/s entonces ¿cómo explican que estén obligados a comer, miccionar, defecar y dormir? Asimismo, sin necesidad de esperar la llegada de dichos menesteres, pueden comprobar que cada pocos segundos tienen la necesidad biológica de respirar oxígeno, un gas externo a los seres vivos y que es necesario para seguir viviendo. Esto ocurre porque no somos espíritus, sino seres materiales biológicos que deben satisfacer unas necesidades biológicas, físicas, para poder seguir viviendo y por lo tanto para seguir existiendo.
- Experimento de la piñata idealista. Si al idealista que niega la realidad material se le golpea su «idea cuerpo» con la «idea palo» sentirá dolor. No tiene sentido que el «choque» de dos ideas produzca la sensación de dolor. Parece que tiene más sentido que la sensación de dolor se produce porque dicha «idea cuerpo» es una realidad material que contiene un sistema nervioso material que transforma el golpe recibido por un palo real en señales eléctricas que son enviadas al cerebro material donde son transformadas en una experiencia llamada «dolor» en la conciencia. Si aún así el idealista afirma que dicha sensación de dolor no prueba que la «idea cuerpo» y la «idea palo» sean una realidad material, sino que prueba que la «idea palo» produce la sensación de dolor cada vez que golpea la «idea cuerpo», puede hacerse el siguiente experimento: taparle al idealista los ojos con una «idea tela» y grabar con una «idea videocámara» (en la época de Berkeley no las había) cómo golpéan su «idea cuerpo» con la «idea palo». Si no puede saber cuando la «idea palo» golpea su «idea cuerpo» entonces no puede saber cuándo sentirá dolor, pues no puede percibir la «idea golpe», por lo tanto no tendría nada que temer. En cambio, si el palo y su cuerpo son realidades materiales entonces habrá una coincidencia entre su dolor (gritaría) y el golpe que recibe sin esperarlo. La grabación demostraría que su cuerpo y el palo no son sólo ideas suyas, sino que son objetos materiales reales.
CONCLUSIÓN:
Por lo tanto, los seres intientes no son emanaciones de la mente solipsista y tampoco son «seres fantasmales» o meras ideas, sino que cada uno de ellos tiene un cuerpo material que cuenta con un cerebro material gracias al cual ha emergido su conciencia. A esta idea contraria al idealismo se la llama materialismo. El materialismo postula que la materia es lo primario, existiendo la conciencia gracias a ésta. El materialismo ata a la conciencia al mundo material, razón por la cual es rechazado por las religiones que afirman que existe una «conciencia creadora (dios)» independiente de la materia y que los humanos tienen una «conciencia inmortal» a la que llaman «alma». Asimismo, el materialismo es la base del marxismo, razón por la que éste también recibe ataques desde sectores liberales que, en defensa del egoísmo, se oponen a que el sujeto se subordine a una realidad común (social) impuesta desde fuera de la subjetividad.
Todas estas ideas relativistas hacen un uso radical del subjetivismo para defender y promover el individualismo frente al colectivismo, promoviento la idea de que no existe una realidad o verdad común que une a las personas, y
que serviría de punto de apoyo para una Ética común que uniría y evitaría gran parte de los conflictos sociales y que señalaría un ideal común hacia el que la sociedad debería avanzar. Pensemos en quiénes pueden ser los más interesados en que los humanos no se unan por encima de intereses egoístas particulares.
SIGUIENTE ARTÍCULO: Una vez que he demostrado que la realidad está compuesta por materia/energía y Lógica (A=A), queda demostrado que los seres sintientes tenemos un cuerpo material con necesidades biológicas: evacuar, nutrición, temperatura adecuada, etc. Si estás de acuerdo entonces puedes acceder al siguiente artículo en el que rebato a quienes pretenden que las personas afirmemos la existencia material de cosas sin una demostración empírica de su existencia[2].
Idealismo en película Matrix. En una escena de la película Matrix, el agente Smith, guardián de la ignorancia del mundo real, intenta sobornar a Cifra (Sr. Reagan), uno de los liberados de Matrix, ofreciéndole una vida más feliz en Matrix a cambio de los códigos de acceso a Sión, la ciudad liberada. La moraleja de esta escena es que hay personas que prefieren vivir en la ignorancia, creando su propia "realidad", como defiende el idealismo, para así rechazar la realidad del mundo y mandar sobre ella. Vemos como el idealismo encaja en el egoísmo.
Es famoso el siguiente fragmento de Epicteto (55-135) para demostrar la utilidad de la Lógica[1]:
Dijo uno de los presentes:
- Convénceme de que la Lógica es útil.
- ¿Quiéres que te lo demuestre?
- Sí.
- Entonces....es necesario que recurra a una demostración.
Y al ver que el otro asentía le dijo:
- Si te engaño con sofismas, ¿cómo harás, pues, para darte cuenta?
El otro guardó silencio.
- Ya ves como te das cuenta de que la Lógica es necesaria y que, apartándote de ella, ni siquiera puedes llegar a saber si es necesaria o no.
En sentido amplio, se entiende por razonamiento
a la facultad que permite resolver problemas, extraer conclusiones y
aprender de manera consciente de los hechos, estableciendo conexiones
causales y lógicas necesarias entre ellos. En sentido más restringido se
puede hablar de diferentes tipos de razonamiento: razonamiento lógico y
razonamiento argumentativo.
- El razonamiento lógico o causal es un proceso de lógica mediante la cual, partiendo de uno o más juicios, se deriva la validez, la posibilidad o la falsedad de otro juicio distinto. El estudio de los argumentos corresponde a la lógica, de modo que a ella también le corresponde indirectamente el estudio del razonamiento. Por lo general, los juicios en que se basa un razonamiento expresan conocimientos ya adquiridos o, por lo menos, postulados como hipótesis. Es posible distinguir entre varios tipos de razonamiento lógico: el razonamiento deductivo (estrictamente lógico), el razonamiento inductivo (donde interviene la probabilidad y la formulación de conjeturas) y razonamiento abductivo, entre otros.
- El razonamiento argumentativo o argumentación, en tanto actividad mental, se corresponde con la actividad lingüística de argumentar. En otras palabras, un argumento es la expresión lingüística de un razonamiento lógico.
Premisas (hechos particulares o ideas) -> Razonamiento lógico -> Conclusión
Para que una conclusión sea una prescripción, debe haber al menos una prescripción entre las premisas. Además, deben ser prescripciones aceptables.
Si alguien pregunta ¿por qué debo comportarme de manera racional? ya está haciendo uso de la racionalidad, pues solicita razones para comportarse así.
RAZONAMIENTO LÓGICO DEDUCTIVO:
En lógica, una deducción es un argumento donde la conclusión se infiere necesariamente de las premisas. En su definición formal, una deducción es una secuencia finita de fórmulas, de las cuales la última es designada como la conclusión (la conclusión de la deducción), y todas las fórmulas en la secuencia son, o bien axiomas, o bien premisas, o bien inferencias directas a partir de fórmulas previas en la secuencia por medio de reglas de inferencia.
RAZONAMIENTO LÓGICO NO DEDUCTIVO:
El razonamiento no deductivo es una modalidad de razonamiento en el cual la verdad de las premisas no convierte en verdadera la conclusión, sino que la conclusión de un razonamiento no deductivo sólo es probable. Así pues, en un razonamiento no deductivo pueden afirmarse las premisas y, simultáneamente, negar la conclusión sin contradecirse.
Razonamos de manera no deductiva cuando generalizamos a partir de la observación de algunos casos (razonamiento inductivo), cuando establecemos comparaciones (razonamiento analógico) y, también, cuando obtenemos conclusiones particulares a partir de la información (parcial o insuficiente) de la que disponemos: "Hay nubes, por lo tanto lloverá".
En la vida cotidiana efectuamos infinidad de razonamientos no deductivos, aunque no siempre con el mismo grado de validez. Razonamos correctamente cuando tenemos en cuenta las circunstancias más pertinentes al caso y no nos precipitamos al sacar conclusiones. Mediante el razonamiento no deductivo ampliamos nuestro conocimiento, aunque se trata de un conocimiento probable. Acertar en la conclusión de un razonamiento no deductivo no depende con necesidad de las premisas.
Razonamiento inductivo
El razonamiento inductivo es una modalidad del razonamiento no deductivo que consiste en obtener conclusiones generales a partir de premisas que contienen datos particulares. Por ejemplo, de la observación repetida de objetos o acontecimientos de la misma índole se establece una conclusión para todos los objetos o eventos de dicha naturaleza.
DIFERENCIA ENTRE VERDAD Y VALIDEZ DE UN RAZONAMIENTO:
Es importante distinguir entre verdad y validez a la hora de elaborar un razonamiento. Como dijo G.K. Chesterton (1874-1936): "No puedes encontrar la verdad con la lógica si no la has encontrado ya sin ella".
La verdad se refiere a lo que predica un enunciado. Un enunciado es verdadero cuando lo que predica en el lenguaje natural coincide con hechos que los demás también puedan comprobar. La ciencia se encarga de comprobar si un enunciado es verdadero.
La validez se refiere a los argumentos y a las relaciones formales que se establecen bajo el dominio de la lógica, sin necesidad de entrar a saber si los enunciados son verdaderos. La validez sería la verdad de los lenguajes formales, centrándose en la correcta aplicación de las fórmulas formales.
Se dice que un argumento es válido o correcto si la conclusión se infiere correctamente de las premisas. Sin embargo, sólo podemos hablar de verdad o falsedad sobre un enunciado. Por ello, aunque un razonamiento sea válido, si las premisas son falsas entonces la conclusión también será falsa:
P1: Todos los árboles son minerales
P2: Todos los pájaros son árboles
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C: Todos los pájaros son minerales
Pensamiento Crítico (la serie completa en español) (Link)
Materia no-másica
Una gran parte de la energía del universo corresponde a formas de materia formada por partículas o campos que no presentan masa, como la luz y la radiación electromagnética, las dos formada por fotones sin masa. Junto con estas partículas no másicas, se postula la existencia de otras partículas como el gravitón, el fotino y el gravitino, que serían todas ellas partículas sin masa aunque contribuyen a la energía total del universo. (Wikipedia)
Objetividad del mundo físico
"Una noción física fundamental es la de observador. En todas las teorías físicas se presupone la existencia de algún tipo de realidad objetiva y un número potencialmente infinito de observadores diferentes capaces de observar y medir dicha realidad. La objetividad del mundo material se recoge en las teorías físicas como el axioma de la intersubjetividad de la medida, ese axioma o principio a priori es la afirmación de que aunque «diferentes observadores pueden llegar a medidas diferentes de la misma realidad objetiva, todas ellas son relacionables mediante reglas generales». Este último principio se expresa en la teoría de la relatividad mediante el principio de covariancia, según el cual las ecuaciones fundamentales de la física tienen la misma forma para todos los observadores. Puede demostrarse que la propiedad de intersubjetividad conduce a que pueden formarse ciertas expresiones matemáticas que relacionan las medidas que son invariantes en forma o forminvariantes para todos los observadores (eso es lo expresado en el principio de covariancia). Esas expresiones matemáticas son precisamente las ecuaciones fundamentales de la física." (Wikipedia)
[1] Robert Audi, ed., «laws of thought» (en inglés), The Cambridge Dictionary of Philosophy (2nd edition edición), Cambridge University Press. [2] Epicteto, Conversaciones, II, 25.
- fallacyfiles.org -> Fallacy Files. Importante web sobre falacias.
- infidels.org -> Logic & Fallacies.
- perso.wanadoo.es/usoderazonweb -> Diccionario de falacias.
- usoderazon.com -> El arte de Razonar, Persuadir, Refutar. Un programa integral de iniciación a la lógica , el debate y la dialéctica. Con una extensa relación de argumentos y el más completo diccionario de falacias.
Software de argumentación:
- rationale.austhink.com/reasonable -> Reason!able.
- vue.tufts.edu -> The Visual Understanding Environment (VUE) is an Open Source project based at Tufts University. The VUE project is focused on creating flexible tools for managing and integrating digital resources in support of teaching, learning and research. VUE provides a flexible visual environment for structuring, presenting, and sharing digital information. (Para hacer mapas conceptuales).
BIBLIOGRAFÍA
- Damborenea, Ricardo García. Uso de razón: El arte de Razonar, Persuadir, Refutar. Un programa integral de iniciación a la lógica, el debate y la dialéctica. CreateSpace (junio 2011).
- Schopenhauer, Arthur. Dialéctica erística o el arte de tener razón. 1864.