El veganismo es, sin duda, la solución a la explotación animal. Si todo humano se hiciese vegano, no habría explotación animal.
Esta afirmación no es arbitraria. Obedece a una lógica muy simple. Si nadie consume productos derivados de la explotación animal, nadie gastará su tiempo y dinero en explotarlos porque le hará perder dinero. Es así de sencillo.
No obstante esto esconde varios problemas. Al profundizar en el tema, nos damos cuenta de que realmente no es solo cuestión de explotación, si no que hay un factor más profundo. El especismo. El especismo (discriminación en función de la especie) provoca que haya discriminación hacia los no-humanos. Por ejemplo, un humanos podría explotar para si mismo a un cerdo. No espera obtener beneficio económico, si no producto. La carne. Otro podría hacer lo mismo con una vaca, conejos, incluso gallinas. El auto-consumo es un problema que no obedece a las reglas económicas. Ese es, pues, un problema que solo se puede atacar mediante la concienciación, mediante la lucha contra el especismo.
El problema es, pues, complejo en su desarrollo. Hay muchos frentes que atacar. La explotación animal se desarrolla a nivel macro y micro, a nivel de industria y doméstico. Ahora bien, la diferencia de niveles no es solo una diferencia conceptual. A nivel macro la cantidad de individuos explotados es mucho mayor que a nivel micro, en varias magnitudes.
Desde nuestra perspectiva se puede atacar al nivel maco obviando por completo el nivel micro. El nivel micro, tiene en la concienciación su herramienta principal. Este ámbito, el micro, está siendo atacado desde muchos frentes de forma más o menos efectiva. Como todo, a medida que avance el movimiento tod@s serán más efectiv@s en su trabajo y se avanzará más rápido.
El nivel micro es el nivel de consumo, el macro es el industrial, económico. La diferencia entre el micro y el macro es, quizás, que el macro está constituidos por entidades que deben obtener dinero. No es para auto-satisfacción. Las entidades del nivel macro, las que generan explotación comercial, explotan porque les genera beneficios económicos. Esa es una diferencia principal, pues a una entidad comercial lo que le importa es generar beneficio, es producir intercambio de bienes y/o servicios por dinero.
Podemos atacar a las entidades comerciales porque no tenemos que convencerlas éticamente. La forma de luchar es otra. A nivel micro no podemos obligar ni forzar al cambio ya que el estado de derecho, las leyes, la “ética” asegura que cada individuo humano goce de libertad, de ciertas libertades de pensamiento y acción.
Pero a nivel comercial sí que hay “selección natural”. Si hay competencia “libre”. Hay guerra abierta y lo único que se respeta es el beneficio que genera un negocio. A ese nivel se puede generar una guerra abierta y no hay nada que te pueda detener. Puedes forzar, estrujar y presionar hasta conseguir lo que buscas.
En nuestro caso hay una característica curiosa. El veganismo es un activismo a nivel de consumo. Así de simple. Ser vegano es consumir unos productos y no otros.
Las empresas compiten entre ellas por el beneficio. Nosotros queremos que no haya explotación animal. No buscamos beneficios. Por tanto nos convertimos en un agente especial en la ecuación comercial. De repente, a nivel macro, podemos atacar a las empresas y obligarlas a abandonar la explotación animal sin tener que cambiar la ética de nadie. No hay una conciencia con unas costumbres y hábitos a los que cambiar.
Somos un agente ético que va a introducirse en esa ecuación, en sus entrañas, y vamos a generar el cambio macro. A nivel micro el camino está iniciado, y tiene buena pinta. Cada vez somos más vegan@s y cada vez se ve más en los medios. Las organizaciones trabajan cada vez mejor.
Ahora vamos a ayudar atacando a los agentes de la macro-explotación. El veganismo tiene que redundar en el consumo, pero ¿cómo? Lo hace alterando la demanda. Si nadie pide explotación, ningún agente macro-explotador producirá explotación.No obstante, a nivel micro es lo más directo, la concienciación (el tema de cambiar las leyes lo saco del tema, porque no tengo claro si viene antes o después y de cómo funcionan ciertos parámetros). Pero a nivel macro se puede obviar ese paso. No es necesario atacar a nivel micro para generar cambio de consumo mediante alteración de la demanda para que los agentes macro se adapten al cambio y así cambien su producción. Y no lo es porque si se entra directamente a atacar ese nivel podemos atacar la producción como primer punto de la cadena de cambio, y no como último. Si atacamos a las empresas, si amenazamos su lucro, si obligamos a las empresas a adaptarse, entonces cambiarán la producción sin que antes cambie la demanda.
Y esto es posible porque existe algo que muchos critican pero que nos viene al pelo en este caso… la competencia entre empresas. Con esa variable podemos promocionar a unas y otras en detrimento de unas y otras dándoles lo que buscan: Que vendan más que la competencia. También podemos reducir sus ventas hasta el umbral de lo inviable. Como tienen gastos no hay que llegar a venta 0. Mucho antes tienen el umbral a partir del cual dejan de ser rentables.
Pensemos una cosa. La explotación animal más grande es la alimenticia. Al final, el objetivo es que l@s human@s dejen de consumir productos de origen animal ¿no? Pues como va un/a human@ a consumir esos productos si no los puede comprar. Yo, como la mayoría, compro lo que como en superficies comerciales. En Mercadona, Carrefour, Lidl…
Y si vas y te fijas, percibirás que Carrefour no vende lo que le compran. Más bien, aunque esto es así en la base, la gente compra lo que vende Carrefour. Si todos los productos fuesen vegano ¿Cómo iba nadie a comprar productos de origen animal?
Ese es el campo de batalla del activismo de nivel macro. Y ahí nos vamos a centrar nosotros. Nuestro campo de batalla es la superficie comercial. El marketing establece que el espacio que un producto ocupa en una zona comercial, y el lugar, determinan cuanto venderán. Si está en buen lugar se venderá más. Si no está, no venderá.
El objetivo es inundar las zonas comerciales de productos éticos con los no-humanos. Hacer activismo a nivel comercial para obligar a las superficies comerciales a ocupar su espacio con estos productos, y a las marcas a producir productos libres de explotación animal.
La cuestión es directa: Si un producto que contiene leche deja de contener leche ¿Qué ocurrirá con la granja o granjas que vivían de ese contrato? Si un producto deja de estar en las superficies comerciales ¿Cuántas granjas tendrán que cerrar?
Si compramos lo que hay, si hemos perdido selección y somos víctimas del marketing… Usaremos ese campo de batalla. Lo que pretendemos es provocar el cambio de los agentes del nivel macro-explotador aprovechando que reina la competencia y que, por tanto, mientras no generemos pérdidas globales de mercado, tendremos carta blanca. Cambiar la superficie comercial, hacer que solo tenga productos veganos. Si un producto no es vegano o se hace vegano o se le quita de las zonas comerciales.
Y ¿Cómo se hace todo esto? Como bien decía un activista por los derechos animales, somos poc@s, pero ¡como nos movemos! Nadie se mueve tanto como nosotr@s.
Las empresas no están preparadas para luchar contra esto. Solo tienen herramientas para competir con otras empresas que buscan lo mismo que ellas. El mercado no tiene escudos para unos agentes que no tienen fidelidad a una marca si no a unas reglas de producción. Podemos atacar a las empresas, y ellas no podrán contra-atacarnos porque solo disponen de medios de generar beneficios y quitar cuota de mercado.
Entraremos en las zonas comerciales, estudiaremos el marketing de todos, los contratos con explotadores, el entramado de empresas, el marketing de las zonas comerciales, que productos y empresas promover, cuales hundir. Entraremos hasta el mismo corazón de la batalla, el punto de venta, y sugeriremos un tipo de venta y no otro.
Usaremos todas las herramientas de marketing, inventaremos nuevas. Solo tenemos una cosa clara, todas las zonas comerciales venderán productos libres de explotación animal.
Para esto nace la Asociación Española de Consumidores Veganos. No es una asociación para veganos. Es una asociación para promover los productos libres de explotación animal. Es una asociación que busca eliminar la explotación animal al nivel empresarial.
Esta afirmación no es arbitraria. Obedece a una lógica muy simple. Si nadie consume productos derivados de la explotación animal, nadie gastará su tiempo y dinero en explotarlos porque le hará perder dinero. Es así de sencillo.
No obstante esto esconde varios problemas. Al profundizar en el tema, nos damos cuenta de que realmente no es solo cuestión de explotación, si no que hay un factor más profundo. El especismo. El especismo (discriminación en función de la especie) provoca que haya discriminación hacia los no-humanos. Por ejemplo, un humanos podría explotar para si mismo a un cerdo. No espera obtener beneficio económico, si no producto. La carne. Otro podría hacer lo mismo con una vaca, conejos, incluso gallinas. El auto-consumo es un problema que no obedece a las reglas económicas. Ese es, pues, un problema que solo se puede atacar mediante la concienciación, mediante la lucha contra el especismo.
El problema es, pues, complejo en su desarrollo. Hay muchos frentes que atacar. La explotación animal se desarrolla a nivel macro y micro, a nivel de industria y doméstico. Ahora bien, la diferencia de niveles no es solo una diferencia conceptual. A nivel macro la cantidad de individuos explotados es mucho mayor que a nivel micro, en varias magnitudes.
Desde nuestra perspectiva se puede atacar al nivel maco obviando por completo el nivel micro. El nivel micro, tiene en la concienciación su herramienta principal. Este ámbito, el micro, está siendo atacado desde muchos frentes de forma más o menos efectiva. Como todo, a medida que avance el movimiento tod@s serán más efectiv@s en su trabajo y se avanzará más rápido.
El nivel micro es el nivel de consumo, el macro es el industrial, económico. La diferencia entre el micro y el macro es, quizás, que el macro está constituidos por entidades que deben obtener dinero. No es para auto-satisfacción. Las entidades del nivel macro, las que generan explotación comercial, explotan porque les genera beneficios económicos. Esa es una diferencia principal, pues a una entidad comercial lo que le importa es generar beneficio, es producir intercambio de bienes y/o servicios por dinero.
Podemos atacar a las entidades comerciales porque no tenemos que convencerlas éticamente. La forma de luchar es otra. A nivel micro no podemos obligar ni forzar al cambio ya que el estado de derecho, las leyes, la “ética” asegura que cada individuo humano goce de libertad, de ciertas libertades de pensamiento y acción.
Pero a nivel comercial sí que hay “selección natural”. Si hay competencia “libre”. Hay guerra abierta y lo único que se respeta es el beneficio que genera un negocio. A ese nivel se puede generar una guerra abierta y no hay nada que te pueda detener. Puedes forzar, estrujar y presionar hasta conseguir lo que buscas.
En nuestro caso hay una característica curiosa. El veganismo es un activismo a nivel de consumo. Así de simple. Ser vegano es consumir unos productos y no otros.
Las empresas compiten entre ellas por el beneficio. Nosotros queremos que no haya explotación animal. No buscamos beneficios. Por tanto nos convertimos en un agente especial en la ecuación comercial. De repente, a nivel macro, podemos atacar a las empresas y obligarlas a abandonar la explotación animal sin tener que cambiar la ética de nadie. No hay una conciencia con unas costumbres y hábitos a los que cambiar.
Somos un agente ético que va a introducirse en esa ecuación, en sus entrañas, y vamos a generar el cambio macro. A nivel micro el camino está iniciado, y tiene buena pinta. Cada vez somos más vegan@s y cada vez se ve más en los medios. Las organizaciones trabajan cada vez mejor.
Ahora vamos a ayudar atacando a los agentes de la macro-explotación. El veganismo tiene que redundar en el consumo, pero ¿cómo? Lo hace alterando la demanda. Si nadie pide explotación, ningún agente macro-explotador producirá explotación.No obstante, a nivel micro es lo más directo, la concienciación (el tema de cambiar las leyes lo saco del tema, porque no tengo claro si viene antes o después y de cómo funcionan ciertos parámetros). Pero a nivel macro se puede obviar ese paso. No es necesario atacar a nivel micro para generar cambio de consumo mediante alteración de la demanda para que los agentes macro se adapten al cambio y así cambien su producción. Y no lo es porque si se entra directamente a atacar ese nivel podemos atacar la producción como primer punto de la cadena de cambio, y no como último. Si atacamos a las empresas, si amenazamos su lucro, si obligamos a las empresas a adaptarse, entonces cambiarán la producción sin que antes cambie la demanda.
Y esto es posible porque existe algo que muchos critican pero que nos viene al pelo en este caso… la competencia entre empresas. Con esa variable podemos promocionar a unas y otras en detrimento de unas y otras dándoles lo que buscan: Que vendan más que la competencia. También podemos reducir sus ventas hasta el umbral de lo inviable. Como tienen gastos no hay que llegar a venta 0. Mucho antes tienen el umbral a partir del cual dejan de ser rentables.
Pensemos una cosa. La explotación animal más grande es la alimenticia. Al final, el objetivo es que l@s human@s dejen de consumir productos de origen animal ¿no? Pues como va un/a human@ a consumir esos productos si no los puede comprar. Yo, como la mayoría, compro lo que como en superficies comerciales. En Mercadona, Carrefour, Lidl…
Y si vas y te fijas, percibirás que Carrefour no vende lo que le compran. Más bien, aunque esto es así en la base, la gente compra lo que vende Carrefour. Si todos los productos fuesen vegano ¿Cómo iba nadie a comprar productos de origen animal?
Ese es el campo de batalla del activismo de nivel macro. Y ahí nos vamos a centrar nosotros. Nuestro campo de batalla es la superficie comercial. El marketing establece que el espacio que un producto ocupa en una zona comercial, y el lugar, determinan cuanto venderán. Si está en buen lugar se venderá más. Si no está, no venderá.
El objetivo es inundar las zonas comerciales de productos éticos con los no-humanos. Hacer activismo a nivel comercial para obligar a las superficies comerciales a ocupar su espacio con estos productos, y a las marcas a producir productos libres de explotación animal.
La cuestión es directa: Si un producto que contiene leche deja de contener leche ¿Qué ocurrirá con la granja o granjas que vivían de ese contrato? Si un producto deja de estar en las superficies comerciales ¿Cuántas granjas tendrán que cerrar?
Si compramos lo que hay, si hemos perdido selección y somos víctimas del marketing… Usaremos ese campo de batalla. Lo que pretendemos es provocar el cambio de los agentes del nivel macro-explotador aprovechando que reina la competencia y que, por tanto, mientras no generemos pérdidas globales de mercado, tendremos carta blanca. Cambiar la superficie comercial, hacer que solo tenga productos veganos. Si un producto no es vegano o se hace vegano o se le quita de las zonas comerciales.
Y ¿Cómo se hace todo esto? Como bien decía un activista por los derechos animales, somos poc@s, pero ¡como nos movemos! Nadie se mueve tanto como nosotr@s.
Las empresas no están preparadas para luchar contra esto. Solo tienen herramientas para competir con otras empresas que buscan lo mismo que ellas. El mercado no tiene escudos para unos agentes que no tienen fidelidad a una marca si no a unas reglas de producción. Podemos atacar a las empresas, y ellas no podrán contra-atacarnos porque solo disponen de medios de generar beneficios y quitar cuota de mercado.
Entraremos en las zonas comerciales, estudiaremos el marketing de todos, los contratos con explotadores, el entramado de empresas, el marketing de las zonas comerciales, que productos y empresas promover, cuales hundir. Entraremos hasta el mismo corazón de la batalla, el punto de venta, y sugeriremos un tipo de venta y no otro.
Usaremos todas las herramientas de marketing, inventaremos nuevas. Solo tenemos una cosa clara, todas las zonas comerciales venderán productos libres de explotación animal.
Para esto nace la Asociación Española de Consumidores Veganos. No es una asociación para veganos. Es una asociación para promover los productos libres de explotación animal. Es una asociación que busca eliminar la explotación animal al nivel empresarial.
Fuente: consumidoresveganos.wordpress.com - Expliquemos qué es la AECV
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NOTAS
RespuestasVeganas.Org: la publicación de este artículo en RespuestasVeganas.Org no implica necesariamente que compartamos todas y cada una de las cuestiones expresadas en el mismo; sin embargo, consideramos interesante su publicación por la aportación que puede hacer a la causa del movimiento abolicionista por los Derechos de los Animales.
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