RESUMEN: ¿Qué es razonar? ¿quienes razonan? Éstas son algunas de las preguntas a las que aquí vamos a responder.
Razonar es usar la Lógica para llegar a una conclusión válida a partir de unas premisas, y eso es lo que ponemos en práctica para resolver problemas. Por lo tanto podemos comprobar que, en menor o mayor grado, el razonamiento está presente en todos los seres sintientes.
Palabras clave: razonar
Razonar es usar la Lógica para llegar a una conclusión válida a partir de unas premisas, y eso es lo que ponemos en práctica para resolver problemas. Por lo tanto podemos comprobar que, en menor o mayor grado, el razonamiento está presente en todos los seres sintientes.
Palabras clave: razonar
Algunas personas dicen que «quienes no son humanos no razonan (no son inteligentes)». Por ejemplo, según René Descartes (1596-1650): «La razón o el juicio es la única cosa que nos hace hombres y nos distingue de los animales». Estas personas no suelen aclarar a qué se refieren con «razonar», pues si lo aclararan entonces podríamos realizar una prueba a cada humano y a cada animal no humano para comprobar si cada uno de ellos puede razonar. Si no se define claramente en qué consiste «razonar», y por lo tanto cómo se comprueba, entonces no se puede afirmar que un ser puede razonar o no. Razonar es usar la Lógica para llegar a una conclusión válida a partir de unas premisas, y eso es lo que ponemos en práctica para resolver problemas. Por lo tanto podemos comprobar que, en menor o mayor grado, el razonamiento está presente en todos los seres sintientes. Por ejemplo, es un razonamiento actuar de acuerdo a esta idea: «si hay comida sobre la mesa y quiero comerla entonces debo subir a la mesa»; se razone con palabras o con imágenes[1]. Y ser más o menos inteligente tiene que ver con la profundidad del razonamiento, por ejemplo optimizando la manera de resolver el problema. Si no se usa la falacia ecológica[2] entonces comprobamos que existen animales no humanos que razonan más que bebés humanos, que niños, que algunos humanos con deficiencia intelectual, más que algunos seniles, etc. Los sujetos necesitan razonar para poder sobrevivir, pues siempre deben elegir entre multiples opciones. Las plantas no tienen conciencia[3], por lo cual no tienen que elegir entre multiples opciones, no razonan pero, al igual que los animales, poseen un sistema de autoregulación llamado «homeóstasis» que «mira» por su supervivencia. A continuación mostramos la evidencia de razonamiento en animales no humanos.
Algunas personas dicen que si alguien no razona o razona menos entonces es éticamente correcto explotarle y matarle. Por ejemplo, Aristóteles (384 a.C - 322 a.C.) en su libro «Política» (1252 a-b) justifica la esclavitud en base a la capacidad de razonar: «La naturaleza, teniendo en cuenta la necesidad de la conservación, ha creado a unos seres para mandar y a otros para obedecer. Ha querido que el ser dotado de razón y de previsión mande como dueño, así como también que el ser capaz por sus facultades corporales de ejecutar las órdenes, obedezca como esclavo...». Él fue quien creó la expresión «animal racional» para referirse a los humanos. Posteriormente, Immanuel Kant (1724-1804) dijo que todos los humanos son racionales porque son agentes morales/éticos pero, según esta definición de «racional», los niños pequeños, los humanos con minusvalía intelectual y otros humanos no serían racionales. Debido a dicha definición de «racional», Kant consideró erróneamente que quienes no son humanos no razonan e infirió erróneamente que si alguien no razona entonces no es un fin en sí mismo, sino un medio para un fin, por lo que es éticamente correcto explotarlo y matarlo para satisfacer a los «seres racionales». En un artículo anterior demostré que el deber de respetar a otros seres no se infiere del hecho de que sean agentes morales/éticos, sino de la existencia de intereses[4]. El libro «Morals, reason and animals», escrito por Steve F. Sapontzis, argumenta extensamente contra la idea de que la capacidad de razonar deba ser considerada éticamente importante y también examina las consecuencias que se siguen de asumir ese error.