ARGUMENTO: “Debemos experimentar con animales no humanos”
RESUMEN: ¿Qué efectividad tienen los experimentos con animales? ¿deben prohibirse los experimentos con animales? Éstas son algunas de las preguntas a las que aquí vamos a responder.
El debate sobre la experimentación animal es complejo, pues está compuesto por varios subdebates: cosmovisión, marco normativo y método científico. Como se ha explicado en otros debates, se debe partir desde el sensocentrismo y con un marco normativo consecuencialista. El error científico esencial de la experimentación con animales no humanos es creer que si un fármaco funciona con ellos entonces funcionará con los humanos, y que si un fármaco no funciona con animales no humanos entonces descartarlo por suponer que no funcionará con humanos. La multinacionales farmaceúticas experimentan con animales no humanos para tener una supuesta base «científica» mediante la cual poder defenderse de las frecuentes demandas por fármacos dañinos; así siempre podrán decir «lo experimentamos en ratones y a estos no les ocurrió nada». Según Peter Gøtzsche, profesor de medicina y farmacología clínica de la
Universidad de Copenhague, las farmacéuticas actúan como una mafia, priorizando la obtención de beneficios económicos y denuncia el gran número de muertes debidas a efectos adversos de los medicamentos, así como lo denuncian cada vez más científicos.
La experimentación con animales no humanos, también llamada «vivisección», es un conjunto de prácticas en las que se utiliza los cuerpos de quienes no son humanos para estudios científicos en diferentes ámbitos (cosmética, medicina, psicología, militar, etc), como ha sido descrito en otro lugar[1]. En el presente artículo se analizará si deben o no deben realizarse dichos experimentos.
Siglo XIX: Primeras organizaciones antiviviseccionistas
En 2002, se publicó en el número I (pag. 149) de la revista «Nature Reviews Drug Discovery», un artículo titulado «Animal experimentation: the continuing debate», en donde Mark Matfield indica que la oposición social a la experimentación con animales no humanos la iniciaron sociedades de socorro y ayuda a los animales en el siglo XIX:
«El origen del debate público y político sobre la experimentación con animales en el mundo ocurrió en el Encuentro Anual de la Asociación Médica Británica (BMA, por sus siglas en inglés), que fue celebrada en Norwich en 1874. La BMA invitó al científico francés Eugene Magnan a exponer sobre los efectos fisiológicos del alcohol. Después de la ponencia, el Dr. Magnan hizo una demostración experimental de la inducción de la epilepsia sobre un perro, administrándole una inyección intravenosa de absenta (...) No existe un registro de lo que sucedió en el encuentro, pero es sabido que hubo considerables protestas por parte de algunos miembros de la audiencia y que, después de haber inyectado al animal, un eminente médico exhortó a los asistentes a impedir que se continuase con la exposición. La Real Sociedad para la Prevención de la Crueldad hacia los Animales (RSPCA) presentó cargos por crueldad, y algunos médicos presentes en la ponencia de Magnan atestiguaron en su contra. Magnan retornó a Francia para evitar los cargos. La prensa siguió el caso con entusiasmo, y se debatió vivamente sobre la vivisección en las páginas de periódicos populares. Los primeros panfletos antivivisección, pidiendo leyes que prohibieran la experimentación con animales, aparecieron en Londres poco después del Encuentro de la BMA.»
Pocos años después, en 1883, se fundaron en EEUU la American Anti-Vivisection Society (AAVS) y la New England Anti Vivisection Society (NEAVS) en 1895. En 1898 se fundó en Inglaterra la British Union Against Vivisection (BUAV). Todas estas organizaciones fueron pioneras en la lucha por la prohibición de la experimentación con animales no humanos. En la actualidad existen cientos de organizaciones en el mundo que luchan contra dicha práctica, y que proponen el método científico para acabar con ella.
El debate sobre experimentación animal tiene tres bloques dependientes unos de otros. El debate sobre la experimentación animal es complejo, pues está compuesto por varios subdebates que hacen más complicado el desarrollo de los razonamientos:
(a) Primeramente está el debate sobre la cosmovisión ética o consideración ética hacia quien no es humano, pues digamos que el 99% de los defensores de la experimentación con animales no humanos no son sensocentristas[2], sino antropocentristas: dicen que «es éticamente correcto experimentar con quienes no son humanos porque no son humanos» y que «es éticamente incorrecto experimentar con humanos porque son humanos». Los antropocentristas ya están rebatidos en un debate previo[3]. Algunos antropocentristas dicen que «quienes se oponen a que se experimente con animales no humanos para sacar nuevos fármacos no deben usar fármacos», pero los antropocentristas no tienen en cuenta que un sensocentrista también puede seguir un marco normativo consecuencialista, que es lo que se explica a continuación.
(b) La segunda cuestión a tener en cuenta es el marco normativo desde el que se parte pues, independientemente de que alguien sea antropocentrista o sensocentrista, hay varios: deontologismo, consecuencialismo, ética de la virtud, etc. Los antropocentristas suelen ser «deontologistas» (dicen que «en ningún caso se debe experimentar con humanos»), pero aparentan ser consecuencialistas cuando hablan de no humanos (dicen que «se debe experimentar con no humanos para salvar vidas humanas»). También hay sensocentristas «deontologistas», estos se oponen a la experimentación no consentida en cualquier caso, pero como hemos explicado en otro debate previo, el único marco normativo correcto es el consecuencialismo, el cual nos lleva a la conclusión de que un fin justo justifica los medios si se estima que usar dichos medios tendrá mejores consecuencias a largo plazo que si no se usan[4]. Por lo tanto, si estimamos que no consumir un medicamento tendría peores consecuencias que consumirlo entonces deberemos consumirlo aunque beneficiemos a los explotadores. No consumir un medicamento puede tener como consecuencia perjudicar/eliminar a dicha persona para hacer activismo vegano y afectaría muy
negativamente a la imagen del movimiento por los derechos animales. Por ejemplo, Peter Singer en su libro «Liberación Animal» dice lo siguiente sobre experimentación y consecuencialismo:
Postura consecuencialista de Peter Singer sobre experimentación
“Todavía no hemos contestado la pregunta de cuándo puede ser justificable un experimento. No es solución decir: «¡Nunca!». Plantear la moralidad en tales términos de blanco y negro es atractivo porque elimina la necesidad de pensar en casos particulares, pero en circunstancias extremas siempre se vienen abajo las respuestas absolutas. Torturar a un ser humano está mal casi siempre, pero no es un acto condenable en términos absolutos. Si la tortura fuera el único modo de descubrir el lugar de una bomba nuclear escondida en un sótano de Nueva York y programada para explotar en el plazo de una hora, esa tortura sería justificable.
De manera similar, si un solo experimento pudiera curar una enfermedad como la leucemia, ese experimento sería justificable. Pero en la vida real los beneficios son siempre más remotos e incluso, la mayoría de las veces, inexistentes. Por tanto, ¿cómo decidimos cuándo es justificable un experimento?
Hemos visto que los experimentadores revelan una actitud parcial a favor de su propia especie cuando realizan experimentos con animales no humanos con fines para los que no considerarían justificado utilizar a seres humanos, aunque éstos tuvieran algún tipo de lesión cerebral. Este principio nos sirve de orientación para responder a la pregunta que hemos planteado. Puesto que los prejuicios especistas, como los racistas, son injustificables, un experimento no puede estar justificado a menos que su importancia justifique también el uso de un ser humano con lesión cerebral.
Este no es un principio absolutista. No creo que se pueda decir que nunca es justificable experimentar con un humano que sufre una lesión cerebral. Si realmente fuera posible salvar muchas vidas con un experimento que sólo acabara con una y no hubiera ningún otro modo de salvarlas, ese experimento estaría justificado. Pero se trataría de un caso extremadamente raro. Sin duda, ninguno de los experimentos descritos en este capítulo pasaría esta prueba.
Decididamente, como con cualquier línea divisoria, habría una zona gris en la que sería
difícil decidir si un experimento se podría justificar. Pero no necesitamos distraernos con tales consideraciones en este momento. Como ha mostrado este capítulo, nos encontramos en una situación de emergencia en la que se está causando un sufrimiento horroroso a millones de animales con fines que, desde cualquier punto de vista imparcial, son obviamente inadecuados para justificar el sufrimiento.
Cuando hayamos dejado de realizar todos esos experimentos, tendremos tiempo entonces para discutir qué hacer con aquellos otros que se consideran esenciales para salvar vidas o evitar un mayor sufrimiento.”
(c) Por último está la relación costo/beneficio existente entre la experimentación animal y el beneficio para la salud humana y no humana, que es en lo que nos vamos a centrar en este debate desde el sensocentrismo y usando un marco normativo consecuencialista: el hecho de que la experimentación forzada es legal ¿tiene consecuencias menos malas que si estuviera prohibida? Si la respuesta es «sí» entonces deberemos experimentar en ciertos casos, y si la respuesta es «no» entonces no deberemos experimentar en esos casos. Éste sería el debate racional sobre experimentación, pero en él suelen participar antropocentristas o usarse marcos normativos irracionales, lo que hace que el debate no pueda desarrollarse con normalidad. Como es lógico, la prohibición de la experimentación forzada no
tendría como consecuencia el rechazo al conocimiento científico existente, ni el rechazo al
uso de los medicamentos y procedimientos médicos existentes.
Algunas personas dicen que el hecho de que la experimentación forzada sea legal tiene consecuencias menos malas que si fuera ilegal. Estas personas están diciendo que confinar, hacer sufrir y matar a alguien en un experimento puede ser menos malo que no experimentar con él. Con el avance de la ética promovido por defensores de los animales, cada vez es más habitual el rechazo a la experimentación que tiene como finalidad crear nuevos cosméticos y productos de higiene, de hecho la Unión Europea los ha prohibido, aunque las multinacionales siguen experimentando en otros países. También suele ser frecuente el rechazo a la experimentación con fines militares. Lo habitual es encontrarse con antropocentristas que defienden la experimentación médica en no humanos, aunque incluso entre antropocentristas es grande el rechazo, según una encuesta de 2012, tres de cada cuatro italianos la rechazan. Los antropocentristas suelen decir que «actualmente no se están experimentando fármacos con humanos porque ya se experimentaron con animales no humanos», pero estas personas suelen defender los ensayos clínicos, que consisten en que humanos ofrecen su cuerpo para que se experimenten fármacos en él, ya sea por dinero (coaccionados) o voluntariamente.
Formulamos de forma más clara el argumento que utilizan dichas personas. Las premisas y la conclusión serían las siguientes:
ARGUMENTO EN DEFENSA DE LA EXPERIMENTACIÓN FORZADA:
(P1) Para evitar que aparezcan enfermedades deben crearse fármacos.
(C) Los fármacos para humanos deben experimentarse en animales no humanos.
A continuación vamos a mostrar cómo puede rebatirse este argumento.
PREMISA (P1): Para evitar que aparezcan enfermedades deben crearse fármacos
La industria farmacéutica, como todo negocio liberal, sigue como criterio la búsqueda del mayor beneficio económico posible, por lo tanto les interesa que existan enfermedades y promover una sociedad basada en fármacos. La industria farmacéutica es el tercer sector de la economía, tras el armamento y el narcotráfico; en 2007, se calculó que el mercado farmacéutico movía unos 200.000 millones de dólares al año, muchos a base de subvenciones de los gobiernos. El experto Peter Gøtzsche en su libro «Medicamentos que matan y crimen organizado» compara a las farmacéuticas con el crimen organizado porque, en su
opinión, capitalismo y salud casan mal, dice: «No trabajan para mejorar la
salud, sino para obtener los máximos beneficios y para ello extorsionan, cometen fraude, violan la legislación y mienten» [Vídeo]. En España, el 95% de la formación de médicos depende de la industria farmaceútica. El 27 de julio de 2007, se publicó en La Vanguardia una entrevista titulada «El fármaco que cura del todo no es rentable», en la que Richard J. Roberts,
Premio Nobel de Medicina en el año 1993 por sus investigaciones sobre
el ADN, denunció que las farmacéuticas se dedican a desarrollar
medicinas para enfermos crónicos, pues las medicinas que curan del todo
son menos rentables, por eso dijo que «hay antibióticos que se han dejado de estudiar porque son demasiado efectivos y curaban del todo». Esto lo repitió el 28 de junio de 2008 en la entrevista titulada «A las farmacéuticas no les interesa buscar la curación», y en otras. La industria farmaceútica no mira por los intereses de las personas, sino por los intereses económicos de los propietarios de dichas farmaceúticas, como nos cuenta Richard J. Roberts: «en la medida en que existen empresas privadas que fabrican medicamentos y
precisamente, como son privadas, su objetivo es tener beneficios. Por eso buscan fármacos para enfermedades a largo plazo. Y si yo como compañía desarrollo un fármaco que me ha costado cientos de millones de dólares de investigación, pero que cura la enfermedad, ¿cuánta
rentabilidad puedo esperar si se termina el negocio? Las empresas no tienen ningún incentivo a desarrollar fármacos que realmente acaban con la patología»(1). En 2016, Hagop Kantarjian, profesor del Centro Anderson para el Cáncer de la Universidad de Texas (EEUU), decía lo siguiente: «Las compañías farmacéuticas tienen hoy una única misión: maximizar los beneficios para los accionistas y las bonificaciones para los directivos aún a costa del perjuicio y la muerte de los pacientes». Ésta es una razón de peso para confiscar la industria farmacéutica y convertirla en una empresa pública, así como para cambiar todo el sistema de protección de la salud.
Las enfermedades que más muertes causan pueden prevenirse en gran medida mediante hábitos de vida saludables.Si nuestro objetivo es aumentar la salud de la población y reducir el número de muertes prematuras entonces se deberán tomar las medidas políticas necesarias para lograrlo, aunque perjudiquen económicamente a quienes hacen negocio con la salud y la vida de las personas. Las enfermedades cardiovasculares, el cáncer y la diabetes son algunas de las enfermedades que más muertes producen cada año. En lugar de atacar las causas evitables que producen las enfermedades, se experimenta con animales para crear medicamentos que curen a los enfermos: se promueven y protegen hábitos de vida no saludables que perjudican a las víctimas de la experimentación forzada. El número de muertes cardiovasculares, la diabetes y algunos tipos de
cáncer se pueden reducir drásticamente mediante una adecuada
alimentación y mediante la reducción/eliminación del consumo de alcohol y
de tabaco. Además, una alimentación vegetariana estricta o pura reduce drásticamente la explotación y matanza de quienes no son humanos. Rechazar la experimentación forzada tendría unas consecuencias extraordinarias para la sociedad; como una vez dijo Richard Wagner (1823-1883): «Si los experimentos con animales no humanos fueran abandonados en pos
de la compasión, los humanos harían un avance fundamental». Es la empatía lo que le falta a este mundo para solucionar sus más graves problemas. Todo esto lo puede fomentar el Estado mediante la educación pública, haciendo campañas publicitarias pro salud, prohibiendo la publicidad de vida no saludable y fomentando el sensocentrismo y la práctica del veganismo.
CONCLUSIÓN (C): Los fármacos para humanos deben experimentarse en animales no humanos
De los fármacos experimentados en animales no humanos («ensayos preclínicos») no se extraen conclusiones científicas para la medicina humana, por esta razón los fármacos también se experimentan con humanos (ensayos clínicos).Existen diferencias metabólicas entre las diferentes especies animales y también entre individuos de la misma especie: la sustancia que para un sujeto puede ser inocua, para otro sujeto puede ser mortal. Además existen ciertas reacciones de difícil determinación en animales no humanos como, por ejemplo, las cefaleas o las depresiones. Los resultados de la experimentación con animales no humanos no se pueden extrapolar directamente a la especie humana, por lo cual siempre se requiere que se experimenten los fármacos con humanos (ensayos clínicos). El error científico esencial de la experimentación con animales no humanos es creer que si un fármaco funciona con ellos entonces funcionará con los humanos, y que si un fármaco no funciona con animales no humanos entonces descartarlo por suponer que no funcionará con humanos. La multinacionales farmaceúticas experimentan con animales no humanos para tener una supuesta base «científica» mediante la cual poder defenderse de las frecuentes demandas por fármacos dañinos; así siempre podrán decir «lo experimentamos en ratones y a estos no les ocurrió nada». En 2006, en un artículo titulado «FDA Issues Advice to Make Earliest Stages Of Clinical Drug Development More Efficient», Mike Leavitt, secretario de Salud y Servicios Humanos de la FDA de EEUU dijo: «En la actualidad, nueve de cada diez medicamentos experimentales fracasan en los estudios clínicos porque no podemos predecir con exactitud cómo van a comportarse de las personas sobre la base de estudios de laboratorio y con animales» y otros datos de la FDA indican 92%[1], esto quiere decir que sólo un 10% de los fármacos experimentados «con éxito» en animales no humanos parecen funcionar en humanos antes de salir a la venta. Respecto a este «método científico», Joshua Lederberg (1925-2008), premio Nobel de Medicina en 1958, comentó lo siguiente: «Es simplemente imposible, ni aún con todos los animales del mundo, revisar productos químicos tan a ciegas como lo hacemos ahora y llegar a formular conclusiones creíbles sobre los riesgos que entrañan para la salud humana». En tiempos más recientes se sigue insistiendo en esto. Por ejemplo, el 6 de agosto de 2008, la revista Nature publicó un artículo titulado «Neuroscience: Standard model» en el que se dice lo siguiente:
«La mayoría de fármacos contra enfermedades neurodegenerativas como la esclerosis y el alzheimer que han funcionado en ratones, no tienen ni el mínimo efecto en estudios preliminares con humanos. Hay dos tipos de explicaciones, y ambas son radicales por diferentes motivos. La primera es la más obvia: el modelo no sirve, el cerebro de ratón es demasiado diferente al humano, lo que han estado haciendo miles de científicos no lleva a ningún sitio. Parece preocupante, pero la segunda explicación también se las trae: Muchos experimentos publicados en revistas científicas están mal hechos. A veces las muestras son demasiado pequeñas y no están diseñados con suficiente rigor. La presión por publicar induce a vacíos metodológicos, quizás alguna que otra distorsión de los resultados, y oídos sordos a diferencias básicas entre ratones y humanos respecto las características fisiológicas de la enfermedad. Además, los resultados negativos no se publican.»
Respecto a pruebas toxicológicas, como el test LD 50 (Letal Dose 50%), el artículo «A Failure of Extreme, but Measurable, Proportions» muestra su falta de rigor científico. A esta conclusión también llegó un estudio que elaboró la Comisión de la Comunidad Europea en el que tomaron parte 100 laboratorios para valorar la fiabilidad y validez del test DL 50: se restringieron al máximo todos los factores susceptibles de incrementar la variabilidad en los resultados (a mayor variabilidad, menor valor de la prueba) y, a pesar de ello, al analizar los resultados se documentaron variabilidades que oscilaban del 144 al 738%.
De los fármacos experimentados en pequeñas muestras de humanos (ensayos clínicos) no se extraen conclusiones científicas para la medicina humana, por esta razón los fármacos también se experimentan en la población general, que es cuando realmente se comprueba en qué medida un fármaco es eficaz o si hay que retirarlo.De los pocos fármacos que superan los ensayos clínicos y salen al mercado para ser experimentados con la población, muchos son retirados o retiquetados debido a sus efectos secundarios perniciosos; esto sucede porque cada humano es genéticamente diferente a los demás humanos: lo que funciona en un humano puede no funcionar en otro humano: «No hay medicamento con el que los pacientes respondan de la misma forma», dijo José Luis Poveda en noviembre de 2015, presidente de la Sociedad Española de Farmacia Hospitalaria. Se llama «iatrogenia» a los daños en la salud provocados por el sistema sanitario. Veamos algunos datos:
- En julio de 2000, el Journal of American Medical Association (JAMA) publicó un artículo titulado «Is US Health Really the Best in the World?»
en el que citando referencias indica la cifra de 250.000 muertes/año
por iatrogenia (3ª causa de muerte) en EEUU, 106.000 de dichas muertes
son producidas por los efectos secundarios de los medicamentos[2]. (Traducción del artículo)
Carta abierta al Primer Ministro de Reino Unido, David Cameron, y al Secretario de Salud, Andrew Lansley, sobre seguridad de los medicamentos (2011)
Nos dirigimos a usted como un grupo de médicos y científicos para expresar nuestra preocupación por los crecientes problemas de fallos de medicamentos y reacciones adversas a los medicamentos. La industria farmacéutica del Reino Unido está en crisis, como la salida de Pfizer desde el sitio Sandwich deja claro. Del mismo modo, la atención de salud está en una red de crisis, muchos de los cuales están íntimamente ligados a los principales problemas de la industria farmacéutica.
Las reacciones adversas han alcanzado proporciones epidémicas y están aumentando al doble de la tasa de prescripciones.[1] La Comisión Europea estimó en 2008 que las reacciones adversas matan a 197.000 ciudadanos de la UE cada año, a un costo de 79 billones de euros.[2] El costo de los nuevos medicamentos está aumentando de manera no sostenible, la creación de una carga cada vez mayor en el Servicio Nacional de Salud (NHS). Mientras tanto, muchas enfermedades cada vez más frecuentes, tales como la enfermedad de Alzheimer, la diabetes, muchos tipos de cáncer, y los accidentes cerebrovasculares, se mantienen sin tratamientos adecuados.
La principal razón para el aumento del costo de los nuevos medicamentos es el hecho de que más del 90% de ellos fracasan en los ensayos clínicos.[3] Las compañías necesitan recuperar el coste de desarrollo, no sólo del fármaco que tiene éxito, sino también de los otros nueve fármacos que fallan por el camino.
Cada vez es más claro que un factor importante que contribuye a estos problemas es la excesiva dependencia de la industria farmacéutica sobre el uso de animales para predecir el comportamiento de drogas en los humanos. Las marcadas diferencias, no sólo en las enfermedades de las diferentes especies animales, sino también las formas en que responden a los fármacos, son bien conocidos. Muchos estudios han demostrado que los ensayos con animales con frecuencia no logran traducir en la clínica, con estimaciones de su capacidad para predecir los efectos sobre las personas de tan solo 37 a 50%, no son mejores que el lanzamiento de una moneda.[4]
Nuestra dependencia de los animales para establecer los resultados de seguridad en la exposición de voluntarios clínicos y pacientes a muchos tratamientos que son ineficaces en el mejor y en el peor peligroso. Tomemos por ejemplo el famoso fármaco del ensayo clínico Northwick Park, TGN1412, que dejó a seis jóvenes en cuidados intensivos en el año 2006. Este fármaco era demostrablemente seguro en monos a dosis 500 veces superiores a los que casi resultó fatal para los voluntarios.[5] Poco después del desastroso juicio, un ensayo que usaba células humanas fue desarrollado para predecir un sistema inmunológico sobre-reaccion.[5] Had este ensayo ha estado en uso antes fueron expuestos los seres humanos, el juicio nunca habría tenido lugar. Seguramente ha llegado el momento para que haya una evaluación rigurosa de la capacidad de este tipo de pruebas basadas en humanos para mejorar los enfoques profundamente defectuosos, de origen animal en el uso actual?
Hacemos un llamado al Gobierno del Reino Unido para iniciar una comparación de una serie de pruebas basadas en la biología humana, con los que se utilizan en la actualidad, como se propone en la Seguridad de los Medicamentos Bill 2010-11,[6] para ver cuáles son más eficaces para predecir la seguridad de los medicamentos para los pacientes. Varias nuevas tecnologías promesa aumentaron la previsibilidad clínica, así como mejoras sustanciales en la eficiencia y el costo. El proyecto de ley no propone ninguna sustitución de las pruebas con animales, sólo su evaluación de aptitud para el uso. 148 miembros del Parlamento ya han firmado la moción[7] en apoyo de esta propuesta.
Algunos de nosotros hicimos recientemente representaciones al Departamento de Salud del Reino Unido, y se les dijo que el Gobierno considera que los sistemas basados en la biología humana, no se han establecido como más predictivo que son los estudios en animales para el desarrollo de medicamentos más seguros. Estamos de acuerdo, pero eso es porque no se ha realizado ningún examen riguroso de estos sistemas. El verdadero propósito de la comparación propuesta es iniciar dicho examen, que es necesaria con urgencia por el bien del SNS, la industria farmacéutica, y lo más importante, los pacientes.
Instamos a actuar ahora para asegurar que las mejores tecnologías disponibles en la actualidad se utilizan para establecer la seguridad de los medicamentos para los pacientes.
- En septiembre de 2012, Philippe Even, profesor emérito en la Universidad Paris Descartes y antiguo miembro de la comisión científica del Ministerio de Sanidad galo, publicó el libro «Le guide des médicaments: utiles, inutiles ou dangereux» en el que defiende que los medicamentos que se están experimentando con la
población producen cada año en Francia cerca de 100.000 accidentes que
requieren hospitalización y 20.000 muertes. Según el estudio de Philippe Even, «sólo un medicamento de cada tres es eficaz de verdad»: un tercio de los medicamentos comercializados no tienen ningún efecto terapéutico, otro tercio puede causar problemas secundarios al no ser bien tolerados por el paciente o se utilizan mal al prescribirlos a personas que no los necesitan. Finalmente, queda otro 33% que es la cantidad de fármacos realmente útiles para curar una enfermedad o algún problema de salud.
- En noviembre de 2015, el presidente de la Sociedad Española de Farmacia Hospitalaria, José Luis Poveda, daba el dato de 8000 muertos/año en España por efectos secundarios de los medicamentos.
A continuación se enumeran fármacos que salieron a la venta, pero tuvieron que ser retirados debido a su toxicidad en la población humana:
Fármacos que salieron al mercado y fueron retirados, y otras sustancias
Actinomicina: la Actinomicina-D, el primer fármaco quimioterápico, es letal para los primates [3].
Alosetron: Regulador de la digestión. Retirado en 2000, causaba diarrea aguda.
Amrinone: un fármaco usado contra la insuficiencia cardíaca, fue testado en muchos animales y lanzado al mercado sin ninguna contraindicación. En los seres humanos desarrolló la trombocitopenia, o falta de células sanguíneas para la coagulación de la sangre.
Anzemet: de la farmacéutica Sanofi-Aventis. Medicamento contra náuseas con posibles riegos cardiacos. Retirado por la propia farmacéutica en febrero de 2011.
Arsénico: es dañino para las personas, pero actúa de forma distinta en ratas, ratones y ovejas (que pueden consumir grandes cantidades)
Aspirina: provoca defectos de nacimiento en ratas, ratones, perros o cobayas, y la muerte en gatos, pero no en humanos (excepto en gestantes, a quienes puede producir malformaciones).
Aspirina Infantil: a principios de los años 90 y gracias a un estudio, en Estados Unidos se retiró la Aspirina Infantil®. El estudio demostró que era la causante de una rara y mortal enfermedad llamada síndrome de Reye) en los menores de 16 años, que hasta entonces se cobraba la vida de los niños sin que lo médicos pudiesen poner un tratamiento específico. No fue hasta 2003 cuando se retiró del mercado español, más de 10 años después de que se retirara en Estados Unidos. Desde su retirada, no se han dado casos del Síndrome de Reye, esto significa que durante 10 años se puso en peligro la vida de los niños españoles.
Astemizol: Para la alergia. Retirado en 2003 porque interactuaba con otros fármacos inhibiendo el metabolismo y aumentando la toxicidad.
Belladona: La dosis que puede matar un hombre es inofensiva en conejos y cabras.
Bextra (Valdecoxib): Para el dolor. Retirado en 2005 por hipertensión y otros problemas cardíacos.
Buflomédil: vasodilatador (sospechoso o ya prohibido). Según la revista Prescrire, el beneficio terapéutico del Buflomédil no está demostrado y puede generar efectos neurológicos y cardíacos indeseables y graves. En el artículo se mencionó que entre 2007 y 2009 la Agencia de Seguridad Sanitaria (Afsapps) refirió en varias decenas de casos secuelas graves y hasta letales. En entrevista a Europe 1, Philippe Even, presidente del Instituto Necker, manifestó totalmente su apoyo a las notas divulgadas por Prescrire con el argumento de que en 20 años la revista nunca se equivocó en sus apreciaciones. Sigue en el mercado.
Butazolidin (Phenylbutazone): es un anti-inflamatorio de uso común en medicina veterinaria para caballos, para mitigar el dolor y la inflamación, pero que en humanos puede ocasionar una fototoxicidad graves, así como enfermedades graves e incluso fatales en hígado y médula ósea. La toxicidad en médula ósea se demostró en cultivos en células humanas después de que se hubieran relacionado y producido más de 10.000 casos mortales de anemia aplástica [5].
Carcinógenos: la carcinogenicidad de la fibra de vidrio no fue demostrada en los estudios con ratas, hámsters, cobayas, ratones, macacos y babuínos, pero la OSHA la reconoció como carcinogénica en 1991 después de estudios en pacientes humanos[6].
Cérivastatine (Baycol/Lipobay,Staltor,Cholstat): es un medicamento muy popular aprobado en 1997 para el tratamiento de la dislipidemia (niveles anormales de colesterol), pero que fue retirado por el riesgo tan alto de degradación muscular que presentaban los pacientes. Esta pérdida muscular no se detectó los test pre-clínicos con animales no humanos, incluyendo ratas, ratones, cerdos enanos, perros y monos; sólo a dosis muy altas se observaban efectos sobre el tejido muscular. Los autores del experimento llegaron a la conclusión de que el cerivastin era bien tolerado por todas las especies. Pruebas realizadas sobre células musculares de ratas y humanas, después de retirarse del mercado, demostraron que las células de la rata son 200 veces más resistentes que las humanas a los efectos de este medicamento, al que se atribuyen más de 100 muertos y generación de impotencia sexual[4]. Retirada en 2001. Puede haber provocado la muerte de 52 personas en todo el mundo.
Clioquinol: se ha restringido o suspendido en algunos países debido a un evento en Japón, donde más de 10.000 personas desarrollaron SMON (subaguda-mielo óptica neuropatía) entre 1957 y 1970. No está claro si fue debido a este medicamento.
Cisapride: Regulador de la digestión. Retirada en 2000 de EE.UU. por arritmias cardíacas. En noviembre de 2010 todavía se vendía en Argentina.
Cloranfenicol: en el ser humano causó un tipo de anemia de efectos mortales. No daña a perros, pero mata a gatos. Las vacas lo toleran, pero no así los caballos.
Clindamycin: un antibiótico, causa una condición intestinal llamada "colitis pseudomembranosa". Aunque fue testado un año entero cada día sobre perros y ratones, éstos pudieron tolerar dosis 10 veces mayores de la tolerada por los seres humanos. (British Medical Journal, 1983, Jan 15, pp199-202; Br. Nat. Form. no.26, 1993; Tox. and Appl. Pharm., 1972, vol. 21, pp516-531).
Clioquinol: fue una droga fabricada en los años 70 y vendida como un remedio seguro para la diarrea. No sólo no funcionó contra la diarrea, como se prometió a los pacientes, sino que, de hecho, acentuó los síntomas. A causa de la dispensa del Clioquinol al público, 30.000 personas quedaron ciegas y/o paralíticas y miles más murieron.
Clobutinol: Para la tos. Retirado en 2007 por arritmias cardíacas.
Diane 35: El 30 de enero de 2013, Francia prohibió la venta de la píldora anticonceptiva Diane 35, que en España se prescribe principalmente para tratar el acné y la alopecia, después de que se filtrasen unos informes en los que se asociaban cuatro muertes al consumo de este fármaco.
Digitalina: medicina de indiscutible valor en el tratamiento de enfermedades cardíacas, cuyo uso oficial fue retrasado muchos años por ser considerada perjudicial, ya que en perros aumenta la presión sanguínea. Afortunadamente, las pruebas sobre seres humanos fueron mejores, y como resultado, el DIGOXIN, una sustancia análoga a la digital ha salvado numerosas vidas. Muchas más personas podrían haber sobrevivido si los experimentos sobre animales se hubiesen ignorado. (W. Sneader, Drug Discovery: The Evolution of Modern Medicine, Wiley, 1985;T. Lewis, Clinical Science, Shaw and Sons Ltd., 1934; Federation Proceedings, 1967, vol.26, pp1125-30;Toxicology In Vitro, 1992, vol.6, pp.47-52.)
Eraldin: un fármaco contra las enfermedades cardíacas, causó la muerte y ceguera a los seres humanos, aunque provocó algunos efectos secundarios indeseados en animales. Cuando estaba en el mercado, los investigadores afirmaron que estaban seguros de la minuciosidad de las pruebas hechas en animales. Después, con la retirada del medicamento del mercado, los investigadores no fueron capaces de reproducir la ceguera en los animales. (Nature, 1982, April 1, pp387-90; British Medical Journal, 1983, Jan 15, pp199-202; Drug Monitoring, 1977; Pharmacologist, 1964, vol. 6, pp12-26; Pharmacology: Drug Actions and Reac. and Advances in Pharm, 1963, vol. 2, pp1-112; Nature, 1982, April 1, pp387-390).
Erdepryl: usado en el tratamiento del mal de Parkinson se asoció a grandes aumentos de la presión sanguínea. Este efecto colateral no fue registrado en los animales donde se experimentó.
Estilbestrol: un potente estrógeno u hormona sexual, utilizado para tratar el cáncer de próstata y prevenir el aborto involuntario, causó un nuevo tipo de cáncer a mujeres jóvenes cuyas madres habían sido tratadas con estrógenos sintéticos durante el embarazo.
Estreptomicina: un antibiótico muy común, que en ratas es teratogénico.
Estricnina: Coballas, pollos y monos pueden consumir grandes cantidades sin problemas. Un gramo de estricnina mata a 20 adultos o a 50 niños.
Fenfluoramina: Para adelgazar. retirada en 1999, causaba hipertensión.
Fialuridine: un fármaco antiviral, causó daños hepáticos a 7 de 15 pacientes donde fue probado. 5 de ellos murieron y 2 debieron recurrir a un trasplante de hígado. Sin embargo, el medicamento había funcionado bien en marmotas (NEJM, 333;1099-1105, 1995; J. NIH Res., 1993, 5, pp33-35; Nature, 1993, July 22, p275).
Fibra de vidrio: experimentos efectuados sobre ratas, hamsters, cerdos de guinea, ratones, simios y babuinos no revelaron relación entre la fibra de vidrio y el cáncer. No fue hasta 1991 que, gracias a estudios en seres humanos, la Occupational Safety and Health Administration (OSHA) lo clasificó como cancerígeno. (The Guardian, 20/7/91; Occupational Lung Disorders, Butterworth 1982; Toxicology and Industrial Health, 1990, vol.6, pp 293-307).
Fliuridina: Fliuridina: Da muy buenos resultados contra la hepatitis en monos, roedores y perros, pero dió terribles resultados en ensayos clínicos en humanos.
Flosint: un fármaco llamado Flosint, se testó en ratas, perros y monos, que toleraron bien la medicación. En humanos, sin embargo, causó varias muertes.
Fumar: fumar no se consideraba cancerígeno porque el cáncer causado por el humo es difícil de reproducir en animales de laboratorio. Por consiguiente, muchos continuaron muriendo de cáncer, aún cuando ya se sabía que fumar era dañino para las personas (N. Sax, Cancer-causing Chemicals, Van Nostrand 1981).
Ibuprofeno: es un antiinflamatorio no esteroideo (AINE), utilizado frecuentemente como antipirético y para el alivio sintomático del dolor de cabeza (cefalea). Es el principal agente causante de úlcera gastroduodenal y problemas renales (muy nefrotóxico).
Isotretinoína (Accutane, Roacnetan, Acneral y Lisacne): Los efectos secundarios de la Isotretinoína incluyen el generar psicosis y episodios suicidas, graves trastornos intestinales y deformidades severas en los bebés de madres que lo consumieron. Ello provocó que fuese prohibido en Estados Unidos el año 2009, tras estar disponible 27 años en el mercado.
Opren: fue causa de muerte de 61 personas y se le atribuyen más de 3.500 casos de reacciones.
Mediator: en noviembre de 2010, la sanidad francesa reconoció 500 muertes (que pueden ser hasta 1000) y 3500 hospitalizaciones por el uso de este medicamento para diabéticos, retirado un año antes. Comercializado en Francia por el laboratorio francés Servier durante 33 años. El Sindicato de Médicos Generalistas (SMG) relacionó entre 500 y 2000 muertes de humanos debido a hipertensión arterial pulmonar y problemas en las válvulas cardíacas. Retirado en España en 2003.
Metamizol (Nolotil): Causa excitación y salivación excesiva en gatos, pero en humanos es un anestésico. Está retirado de la mayor parte de los países del mundo, pero no ha sido retirado en España. Éste es un ejemplo farmaceútico sobre diferencias genéticas entre diferentes poblaciones humanas.
Metoclopramida (Primperán): En 2014 la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios publicó unas nuevas recomendaciones sobre su uso. Una revisión de la EMA llegó a la conclusión de que el uso intensivo del medicamento provocaba reacciones neurológicas agudas niños y en pacientes de edad avanzada: contracciones musculares anormales (distonías) y movimientos de tipo involuntario (discinesias).
Mibefradil: Para la presión arterial. Retirada en 2000 por interacciones con otros fármacos y reducción de la frecuencia cardiaca.
Mixotantrone: usado contra el cáncer, producía descompensaciones cardíacas en el ser humano. Fue ampliamente testado en perros, sin producir este efecto. (Lancet, 1984, July 28, pp219-220; Martindale: The Extra Pharmacopoeia, 29th edition, Pharmaceutical Press, 1989).
Morfina: sedante para las personas, pero causa excitación a gatos, ratones, cabras y caballos.
Nimesulide (nimesulida): antiinflamatorio. La nimesulida ha sido retirado del mercado en muchos países.
Nomifesine: antidepresivo, fue asociado a la insuficiencia hepática y renal, anema y muertes en seres humanos. Sin embargo, los experimentos en animales habían indicado que el fármaco se podía usar sin efectos secundarios.
Olanzapina: Principio activo del medicamenteo Zyprexa. Antipsicótico de última generación (llamados atípicos). Efectos secundarios imprevistos, tales como aumento de peso, diabetes tipo 2, hiperglicemia, complicaciones cardiovasculares y otros malestares. (Más información: +) (Video)
Oraflex: dió buenos resultados en laboratorio pero se retiró del mercado.
Paracetamol: altamente venenoso para los gatos.
Pemoline (Cylert): prometía ser una alternativa al metilfenidato (Ritalín) en el tratamiento del Déficit Atencional infantil, pero quince niños sufrieron fallo hepático agudo después de someterse a este tratamiento para un desorden de hiperactividad; de ellos, doce necesitaron un trasplante de higado o fallecieron. Ningún test en animales no humanos había indicado que fuera tóxico para el hígado [7].
Penicilina: mata a las cobayas, no tiene efecto en conejos (la expulsan eficientemente en la orina), pero es un antibiótico muy útil para los humanos.
Prozac: fármaco de moda al que se le fueron añadiendo una serie de efectos secundarios en sus folletos explicativos a medida que se iban observando en los pacientes.
Rofécoxib (Vioxx): De la multinacional Merck. Causó entre 58.000 y 90.000 muertes y un total de 230.000 problemas cardiacos en todo el mundo de 2001 al 30 de septiembre de 2004, cuando el propio fabricante decidía retirarlo del mercado por sus riesgos vasculares. (Más información: ++)
Rosiglitazona: Para diabetes. Retirado en Europa en 2010 por problemas cardíacos.
Rosiglitazone (Avandia): Para diabetes. Hay datos que indican que Avandia aumenta el riesgo de problemas cardiovasculares y de ataques al corazón. La polémica comenzó en 2007, con la publicación de un estudio que advertía de los citados peligros. Desde entonces, varias investigaciones independientes han confirmado el incremento del riesgo cardiovascular mientras que los estudios aportados por la farmacéutica GSK lo desmentían. Los medicamentos Avandamet y Avaglim, de la misma firma, también contienen rosiglitazona. En España, entre 60.000 y 80.000 diabéticos usaban alguno de estos tres medicamentos, hasta que el 29 de diciembre de 2010 dejaron de estar disponibles en las farmacias.
Rimonabant (Acomplia): casos notificados de trastornos psiquiátricos graves, incluyendo intento de suicido y suicidio consumado. Retirado.
Selacryn: dió buenos resultados en laboratorio pero se retiró del mercado.
Sibutramina: Para adelgazar. Retirado en 2010 por problemas cardíacos.
Suprol: dió buenos resultados en laboratorio pero se retiró del mercado.
Talidomida: esta droga se debe a la farmaceútica Grunenthal y apareció en el mercado al final de los años 50 en Alemania, después de ensayos realizados en miles de animales para comprobar su seguridad. Fue vendida como un sedante para las mujeres embarazados o lactantes y, a pesar de las pruebas de seguridad, por lo menos 10.000 niños de madres que la consumieron nacieron con deformidades severas por todo el mundo. En España se continuó vendiendo Talidomida hasta, al menos 1973, sabiendo las consecuencias que tenía. En todo el mundo se indemnizó a las víctimas, excepto en España y en Italia. Las consecuencias de la Talidomina fueron las que motivaron la creación de la Ley del Medicamento en España.
RTVE: ¿Te acuerdas? - Hijos de la talidomida (Link)
Tegaserod: Para el colon irritable. Retirado en 2007 por alteraciones digestivas.
Terfenadina: Para la alergia. Retirada en 2003 por aumento de la frecuencia cardiaca.
TGN1412: anticuerpo monoclonal. Seis jóvenes voluntarios para el ensayo en humanos quedaron con su sistema inmune vulnerable de por vida a ciertas enfermedades. Un informe oficial confirmó que el producto reunía los requisitos de seguridad para iniciar ensayos en pacientes y que las pruebas previas en ratones no habían dado muestras de alarma en cuanto a sus riesgos. (Más información: ++)
Troglitazone (Rezulin, Resulin, Romozin, Noscal): este medicamento, previsto para tratar la diabetes tipo 2 en adultos, fue aprobado por la FDA (agencia americana de alimentos y medicamentos) en 1997. El Rezulin reducía el azúcar en sangre de las ratas sin provocar efectos secundarios, pero nada más aprobarse empezaron a surgir casos de fallos hepáticos graves e incluso mortales en humanos. Se retiró en el año 2000, después de 391 muertes atribuídas a su consumo, y tras una larga y exhaustiva investigación de Los Angeles Times.
Trovan: En 1996, la mayor multinacional farmacéutica, la estadounidense Pfizer, después de haber experimentado con animales no humanos, experimentó en 200 niños nigerianos un medicamento llamado Trovan. Once de ellos murieron y el resto padeció brutales secuelas. La película El Jardinero Fiel (2005) está basada en este suceso.
Vinflunine: anticancerígeno (sospechoso o ya prohibido).
Zelmid: un antidepresivo, fue experimentado en ratones y perros sin incidencia, pero causó graves problemas neurológicos a los seres humanos que lo usaron.
Zomax: dió buenos resultados en laboratorio pero se retiró del mercado.
Más de la mitad de los 198 nuevos fármacos lanzados entre 1976 y 1985 fueron o retirados o reclasificados después de graves e imprevistos efectos secundarios. Éstos incluían complicaciones como arritmia cardíaca, ataques cardíacos, insuficiencia renal, crisis epilépticas, dificultades respiratorias, insuficiencia hepática y ICTUS (GAO/PEMD-90-15 FDA Drug Review: Postapproval Risks, 1976-1985).
Existen en por todo el mundo centros de investigación y desarrollo de métodos alternativos al uso de animales como el GTEMA (Grupo de Trabajo Especializado en Metodologías Alternativas, dirigido por el Dr. Repetto), el ubicado en la Universidad Johns Hopkins (The Johns Hopkins Center for the Validation of Alternative Methods), el ECVAM (European Center for the Validation of Alternative Methods), FRAME, etc.
Autopsias: es la manera más lógica de conocer el cuerpo humano y cómo le ha afectado una enfermedad. Igualmente se puede conocer el cuerpo humano estando presente en operaciones.
Biopsias.
Cromatografía de gases: técnica que separa ciertos elementos de mezclas de sustancias volátiles. En ella está basada la prueba de alcoholemia de conductores.
Cultivo de bacterias: para saber cómo algo afecta a las bacterias, cultivarlas es lo mejor y no es nada nuevo en la ciencia.
Cultivo de células y tejidos: nada mejor para saber cómo afecta un cosmético a la piel que usarlo sobre piel humana cultivada de la misma manera que la que se crea para injertar a quemados. El cultivo celular permite la creación de piel humana sin que se produzca rechazo.
Espectrometría de masa: es una técnica que permite identificar, de manera inequívoca y tanto cuantitativa como cualitativamente, cualquier tipo de mezclas de sustancias así como determinar la masa molecular de un compuesto.
Estudios clínicos y epidemiológicos: más aplicable que experimentar con animales no humanos para aplicarlo en humanos es observar clínicamente a humanos o relacionar causa/efecto mediante estudios.
Examen endoscópico.
Impresoras de órganos 3D
Microdosificación: permite que los estudios se lleven a cabo en organismos de seres humanos voluntarios, ya que se emplean drogas en dosis demasiado pequeñas como para producir un efecto farmacológico o una reacción adversa.
Modelos matemáticos y por ordenador.
Organs-on-a-chip: dispositivos que recrean a microescala las funciones de un órgano real y permiten su estudio.
Tomografía axial computarizada (T.A.C.): consiste en la reconstrucción por medio de un ordenador de un plano tomográfico de un objeto y combina rayos X y placas radiográficas.
Más alternativas a la experimentación animal aquí y aquí.
Las células madre son células que tienen la capacidad de autorrenovarse mediante divisiones mitóticas o bien de continuar la vía de diferenciación para la que están programadas y, por lo tanto, producir células de uno o más tejidos maduros, funcionales y plenamente diferenciados en función de su grado de multipotencialidad. A continuación mencionamos algunas de las técnicas alternativas que, en lugar de utilizar animales no humanos, utilizan células madre embrionarias humanas:
Bioensayo del Rojo Neutro: Desarrollado por Clonetics Corporation (San Diego, California, EE.UU.). Un tinte hidrosoluble se añade a un cultivo de células humanas normales con 98 pozuelos. Un ordenador mide el grado en que el colorante es absorbido por la célula - así se elimina el error provocado por la observación humana- midiendo la toxicidad relativa.
CAM Test: Se utilizan huevos fertilizados de gallina para mimétizar la reacción de irritación del ojo mediante la observación de la reacción de la membrana corioalantoica -no tiene receptores de dolor-. También se utiliza para probar productos de limpieza, para cultivar virus y para la producción de vacunas. El gran objetivo es eliminar también los productos derivados de los animales -como la membrana corio-alantoica- aunque es preferible a la utilización de animales ya desarrollados.
carcinoGENOMICS: pretende desarrollar un test para evaluar las propiedades genotóxicas y carcinógenas de compuestos químicos in vitro, utilizando células hepatocite-like derivadas de células madre embrionarias humanas.
Epipack: Elaborado por Clonetics. Contiene células humanas vivas clonadas que son expuestas a diferentes sustancias en diferentes concentraciones.
Episkin. Consiste en piel humana reconstituida y tiene la finalidad de evaluar la corrosividad. Al igual que el test anterior, ha sido validado científicamente y sólo falta su aceptación en el sentido legal.
ESNATS: con el fin de desarrollar una nueva plataforma de tests de toxicidad, basada en particular en las células madre embrionarias humanas, para racionalizar el proceso de desarrollo de medicamentos y evaluar su toxicidad en los estudios clínicos.
Eytex: Es un método desarrollado In Vitro Internacional (Irvine, California; EE.UU.) La idea básica consiste en relacionar la toxicidad de una substancia con la alteración de una proteína. Se utiliza la proteína obtenida de la judía, que reproduce la reacción de la córnea cuando se expone a una substancia extraña. Cuanto más irritante es, más opaca se vuelve la disolución.
Hurel biochip: circuitos de microfluidos alineados con las células de diversos órganos humanos que permiten predecir las reacciones humanas complejas.
INVITROHEART: con el objeto de desarrollar un modelo in vitro derivado de células madre embrionarias humanas representando fielmente los cardiomiocitos humanos para probar los medicamentos.
NeoDerm: Desarrollado por Marrow/Tech (LaJolla, California, EE.UU.). Consiste en inyectar células epidérmicas en una bolsa estéril que contiene una matriz biodegradable. Las células se adhieren a la matriz y crecen. Uno de los usos más extendidos de esta tecnología es para tratar a los pacientes que han sufrido quemaduras.
ReProtect: su objeto es desarrollar tests sobre la toxicidad reproductiva utilizando células madre embrionarias humanas tratadas químicamente durante su diferenciación neuronal y cardíaca.
Skintex: Desarrollado también por In Vitro. La base del método es la pulpa de la calabaza amarilla, que mimétiza con éxito la reacción de la piel humana a substancias extrañas. Este test y el Eyrex se pueden utilizar para medir la toxicidad de más de 5.000 substancias.
TER: Ensayo de Resistencia Eléctrica Transcutánea en piel de rata. Ha sido validado científicamente para ensayar la corrosividad y está pendiente su aceptación desde el punto de vista legal.
Testskin: Desarrollado por Organogénesis Inc. (Cambridge, Massachussets). Este test es utilizado por Avon, Amway, Estreé Lauder y otras compañías cosméticas.
Topkaty: test para realizar pruebas de toxicidad celular. Recomendado por la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico.
Tox21: es un método basado en células (humanas y no humanas) que predice la toxicidad de los compuestos químicos en humanos y animales no humanos. El proyecto permite así identificar las firmas químicas de las estructuras y la actividad en pruebas in vitro que podrían servir como sustitutos de predicción de la toxicidad in vivo. (Fuente: agenciasinc.es)
VITROCELLOMICS: se propone desarrollar tests preclínicos de predicción sobre medicamentos utilizando modelos hepáticos humanos in vitro derivados de las células madre embrionarias humanas.
Otros experimentos alternativos:
Experimentos con bacterias, virus, hongos, plantas y cualquier otro organismo sin sistema nervioso.
Alternativas caseras al uso de algunos medicamentos. Antes del surgimiento de las farmaceúticticas, existían algunos remedios tradicionales que eran eficaces para diversas patologías. Hoy nos quieren vender algunos de esos remedios tradicionales en forma de medicamentos, pero podemos hacerlos en casa:
- Vómitos y náuseas: un té de jenjibre. Lo han usado los marineros durante miles de años. (Fuente: vitadelia.com)
- Otros.
Se sigue experimentando con animales por inercia y por intereses particulares. La experimentación con animales es una práctica fomentada por la situación regulatoria y legislativa a nivel local e internacional, porque las leyes que protegen al consumidor exigen que en algún momento del proceso de fabricación de productos se experimente. Lamentablemente, la industria científica muchas veces tiene más a ver con la política y la economía, que con la ciencia. Para muchos investigadores es más importante escribir el máximo de artículos en revistas científicas para recibir subvenciones, que preocuparse de la verdadera utilidad de sus experimentos.
(1) El n€gocio liberal del tratamiento de enfermedade$ por enfermo (Fuente: levante-emv.com):
Hepatitis C: 18000 €/año.
Cáncer: 30000 €/año.
SIDA: 60000 €/año.
[1] FDA Teleconference: “Steps to Advance the Earliest Phases of Clinical Research in the Development of Innovative Medical Treatments” (von Eschenbach, Andrew C. 2006). [2] Leape L. Unnecessary sugery. Annu Rev Public Health. 1992;13:363-383.
Philips D, Christenfeld N, Glynn L. Increase in US medication-error deaths between 1983 and 1993. Lancet. 1998;351:643-644.
Lazarou J, Pomeranz B, Corey P. Incidence of adverse drug reactions in hospitalized patients. JAMA. 1998;279:1200-1205. [3] Sokoloff, B Cancer, New Approaches, New Hope. Devin-Adair Co., 1952. [4] von Keutz, E and G Schluter. Am J Cardiol 1998; 82:11J-17J. 20. Johnson et al. Toxicol Appl Pharm 2004 Nov 1; 200(3):237-50. [5] Becker et al. Acta Derm Venerol 1996 Sep;76(5):337-40. Peters. Tox Path 2005; 33:146-154. Neumuller J and M Tohidast-Akrad. Arzneimittelforschung 1994 May;44(5):636-41. Wolfe S. Lancet 1984;1:353. Venning. BMJ 1983 Jan 15;286:199-202.
Venning. BMJ 1983 Jan 29;286:365-8. [6] The Guardian, July 20, 1991 Occupational Lung Disorders, Butterworth 1982
Toxicology & Industrial Health, 1990, vol.6, p293-307. [7]Alert for Healthcare Professionals. Pemoline Tablets and Chewable Tablets (marketed as Cylert). FDA U.S. Food and Drug Administration.
• Physicians Committee for Responsible Medicine (PCRM)
http://www.pcrm.org/
• Institute for In Vitro Sciencie (IIVS)
http://www.iivs.org/
• Center for Alternatives to Animal Testing (CAAT), John Hopkins University
http://caat.jhsph.edu/
• American Society for Cellular and Computational Toxicology (ASCCT)
http://www.ascctox.org/
• European Partnership for Alternative Approaches to Animal Testing
http://ec.europa.eu/enterprise/epaa/index_en.htm
• Tracking System for Alternative test methods Review, Validation and Approval in the
Context of EU Regulations on Chemicals (TSAR)
http://tsar.jrc.ec.europa.eu/
• Alternative Testing Strategies (Progress Report 2009)
http://cordis.europa.eu/documents/documentlibrary/106691831EN6.pdf
• Servicio de Información Comunitario sobre Investigación y Desarrollo (CORDIS). CORDIS constituye el principal portal y repositorio público de la Comisión Europea para difundir información sobre todos los proyectos de investigación financiados por la Unión Europea y sus resultados de toda clase.
http://cordis.europa.eu/home_es.html
• The European Partnership for Alternative Approaches to Animal Testing (EPAA):
http://ec.europa.eu/growth/sectors/chemicals/epaa/