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ARGUMENTO: “Se maltrata a un animal si no es tratado de acuerdo al fin para el que fue creado”

RESUMEN: ¿Qué es el maltrato? ¿es una buena estrategia que los defensores de los animales usen la palabra «maltrato»? Éstas son las principales preguntas a las que aquí se debe responder.

Según la RAE, maltratar es «Tratar mal a alguien de palabra u obra». Lo contrario a tratar mal a alguien no es tratarle mejor o menos mal, sino tratarle bien. Lógicamente, nadie quiere ser tratado mal, todos quieren ser tratados bien y eso implica la consideración de los intereses. El especismo también se refleja en un especismo lingüístico. Por esta razón, en las sociedades antropocentristas no se hace uso de la palabra «maltrato» en base al trato en sí, sino en base a la especie de quien recibe dicho trato. No debemos aceptar el especismo lingüístico, sino usar las palabras sin su carga especista para que se incorporen al uso cotidiano y que de esta manera se elimine el especismo del diccionario. Algunas personas suponen que si denunciamos el maltrato no podemos denunciar el especismo, ni la esclavitud, ni la opresión, ni la explotación, etc. lo cual no es cierto, pues también podemos y debemos denunciar todas esas cosas. Lo curioso es que si a alguien no se le maltrata entonces el especismo, la esclavitud, la opresión y la explotación dejan de tener sentido. La estrategia correcta es reclamar el significado ético de las palabras sin su carga especista, aprovechando las contradicciones existentes.

Palabras clave: especismo lingüístico, esclavitud, explotación, maltrato, opresión

1. El maltrato es rechazado socialmente. Según la RAE, maltratar es «Tratar mal a alguien de palabra u obra». Lo contrario a tratar mal a alguien no es tratarle mejor o menos mal, sino tratarle bien. Lógicamente, nadie quiere ser tratado mal, todos quieren ser tratados bien y eso implica la consideración de los intereses[1]. Por ejemplo, si alguien no quiere que le den latigazos, ni quiere mantener relaciones sexuales, ni que le maten (aunque le maten sin sufrimiento), etc. entonces no se le trata bien si se le trata así: se le maltrata. En cambio, se trata bien a alguien cuando se tienen en cuenta sus intereses, de la misma manera que él debe tener en cuenta los intereses de los demás. Las sociedades antropocentristas[2] son especistas hacia quienes no son humanos[3], los cosifican, no les consideran sujetos, no consideran que cada uno de ellos es «alguien», aunque lo sean. El especismo también se refleja en un especismo lingüístico: no se hace uso de la palabra «maltrato» en base al trato en sí, sino en base a la especie de quien recibe dicho trato. El especismo lingüístico también está presente en las palabras «bienestar», «crueldad», «esclavitud», «asesinato», «genocidio», etc. cuyos significados, distorsionados por el antropocentrismo, sólo se refieren a seres humanos o se aplican de distinta manera dependiendo de la especie. El avance del reconocimiento de la realidad sensocentrista[4] va aumentando la consideración de los intereses de quienes no son humanos, reconociéndoles algunos de los maltratos que estos padecen, aumentando la contradicción social que genera cambio. No debemos aceptar el especismo lingüístico, sino usar las palabras sin su carga especista para que se incorporen al uso cotidiano y que de esta manera se elimine el especismo del diccionario.

2. Algunos antropocentristas afirman que «maltratar a alguien significa "no tratarle de acuerdo al fin para el que fue creado. Un representante actual de esta idea religiosa llamada teleología[5] es Fernando Savater, que curiosamente se declara ateo. El 29 de julio de 2010 se publicó artículo titulado «Vuelve el Santo Oficio» en el que Savater dice lo siguiente: «¿Son las corridas una forma de maltrato animal? A los animales domésticos se les maltrata cuando no se les trata de manera acorde con el fin para el que fueron criados. No es maltrato obtener huevos de las gallinas, jamones del cerdo, velocidad del caballo o bravura del toro». El 25 de septiembre de 2010, Fernando Savater afirmó en un artículo titulado «Fernando Savater: "Si a alguien le gustara ver matar iría al matadero y no a los toros"» lo siguiente: «Torear a una oveja si que sería maltrato, pero un toro es para lo que existe». El 7 de noviembre de 2015, a cuento del maltrato a un caballo que puso fin a su vida, Fernando Savater publicaba el artículo «Maltrato» en el que volvía a repetir su definición especista de «maltrato», que adjuntamos en la imagen. Si bien Fernando Savater reconoce que quienes no son humanos también sienten dolor y sufren por ello, dice que si alguien no es humano entonces no hay maltrato si se le trata de acuerdo a la finalidad por la que los humanos lo «inventaron», pero dice que eso mismo no es aplicable a humanos. Por lo tanto Fernando Savater usa el especismo lingüístico con la palabra «maltrato». Estas personas utilizan un argumento puramente antropocentrista al considerar que «los humanos deben ser respetados porque son humanos», el cual ya fue rebatido[2], pues no debemos respetar a los demás por ser humanos, sino porque tienen intereses (sensocentrismo)[4]. El antropocentrismo es la razón por la que algunas personas utilizan arbitrariamente la palabra «maltrato», usándola de manera especista.

3. Algunos veganos también utilizan el especismo lingüístico. Por ejemplo, en el artículo «Maltrato: un concepto errado» se puede leer: «El concepto de "maltrato" es erróneo cuando lo aplicamos a los otros animales (...) nuestra sociedad asume que esclavizar animales nohumanos para beneficio del hombre es algo que está bien aunque si dentro de ese contexto esclavista aceptado se daña a los animales de manera gratuita, o más allá de lo que se considere necesario para ejercer dicha esclavitud, entonces se considera que ese tipo de conducta es un "maltrato"». También es cierto que la sociedad asume que no hay esclavitud en la relación que establece con quienes no son humanos, pues el significado especista de «esclavitud» sólo se refiere a unos determinados humanos. El error de estas personas es que asumen el significado especista de algunas palabras, por ejemplo el de «maltratar», pero rechazan el significado especista de otras, por ejemplo «esclavizar», «oprimir», etc. Estas personas deben rechazar el especismo lingüístico en todos los casos y no sólo cuando les interesa promover unos determinados conceptos éticos y marginar otros con la intención de promover una determinada ideología. No sería la primera vez que los defensores de los animales regalan palabras a la industria de la explotación animal, ya ocurrió con la palabra «bienestar», y seguirá ocurriendo con otras; incluso por ahí intentan cambiar el significado ético de la palabra «veganismo» por «dieta por motivos de salud».

4. Algunos veganos que rechazan el especismo lingüístico dicen que «no es una buena estrategia usar la palabra "maltrato" porque no muestra el marco en el que ocurre dicho maltrato». Estas personas suelen decir que la causa del maltrato a quienes no son humanos es el especismo (discriminación), la esclavitud (estatus legal de propiedad), la opresión (violencia institucionalizada socialmente), la explotación (beneficiarse a costa de quien es más débil), el uso, etc. Esta idea de no usar la palabra «maltrato» también parece tener su origen en el artículo «Maltrato: un concepto errado», y luego haberse ido expandiendo entre sus seguidores, como puede comprobarse en el artículo «Preferible no hablar de Maltrato Animal», «¿Existe el maltrato hacia los demás animales?», etc. Estas personas suponen que si denunciamos el maltrato no podemos denunciar el especismo, ni la esclavitud, ni la opresión, ni la explotación, etc. lo cual no es cierto, pues también podemos y debemos denunciar todas esas cosas. Lo curioso es que si a alguien no se le maltrata entonces el especismo, la esclavitud, la opresión y la explotación dejan de tener sentido. Otro error que cometen estas personas es no darse cuenta de que es posible maltratar a alguien que no es esclavo y que no está siendo explotado, por ejemplo «cazándole» o «pescándole»; no ven o no quieren ver que es posible maltratar a alguien sin que existan unas instituciones sociales que le opriman sistemáticamente; no ven que es posible maltratar a alguien sin que exista especismo, por ejemplo si el maltratador es egocentrista[6]. Por lo tanto está bien denunciar el marco en el que se produce un maltrato (todos, no sólo los marcos que ideológicamente interesan), pero sin olvidarse de denunciar también el maltrato en sí.