Algunas personas afirman las corridas de toros y otros espectáculos con animales son arte y que, por lo tanto, son éticamente correctos.
Por ejemplo, según el escritor Mario Vargas Llosa:
Formulamos de forma más clara el argumento que utilizan dichas personas. Éste iría como sigue:
(P1) La tauromaquia es un arte.
(P2) La tauromaquia es objeto de otros artes, como la pintura, la literatura, etc.
(C) La tauromaquia es éticamente correcta.
Este argumento puede rebatirse de las siguientes maneras:
1. Aclaraciones previas.
El arte (del lat. ars, artis, y este calco del gr. τέχνη) es entendido generalmente como cualquier actividad o producto realizado por el ser humano con una finalidad estética o comunicativa, a través del cual se expresan ideas, emociones o, en general, una visión del mundo, mediante diversos recursos, como los plásticos, lingüísticos, sonoros o mixtos. El arte es un componente de la cultura, reflejando en su concepción los sustratos económicos y sociales, y la transmisión de ideas y valores, inherentes a cualquier cultura humana a lo largo del espacio y el tiempo. Se suele considerar que con la aparición del Homo sapiens el arte tuvo en principio una función ritual, mágica o religiosa (arte paleolítico), pero esa función cambió con la evolución del ser humano, adquiriendo un componente estético y una función social, pedagógica, mercantil o simplemente ornamental.
La noción de arte continúa hoy día sujeta a profundas disputas, dado que su definición está abierta a múltiples interpretaciones, que varían según la cultura, la época, el movimiento, o la sociedad para la cual el término tiene un determinado sentido. El vocablo ‘arte’ tiene una extensa acepción, pudiendo designar cualquier actividad humana hecha con esmero y dedicación, o cualquier conjunto de reglas necesarias para desarrollar de forma óptima una actividad: se habla así de “arte culinario”, “arte médico”, “artes marciales”, “artes de arrastre” en la pesca, etc. En ese sentido, arte es sinónimo de capacidad, habilidad, talento, experiencia. Sin embargo, más comúnmente se suele considerar al arte como una actividad creadora del ser humano, por la cual produce una serie de objetos (obras de arte) que son singulares, y cuya finalidad es principalmente estética. En ese contexto, arte sería la generalización de un concepto expresado desde antaño como “bellas artes”, actualmente algo en desuso y reducido a ámbitos académicos y administrativos. De igual forma, el empleo de la palabra arte para designar la realización de otras actividades ha venido siendo sustituido por términos como ‘técnica’ u ‘oficio’.
2. Desde el punto de vista de la Ética:
(i) Que un fenómeno sea considerado como arte no lo convierte en éticamente correcto. Que la tauromaquia sea considerada arte no la convierte en éticamente correcta. Por ejemplo, la tortura de humanos es considerada por algunos como un arte, pero es éticamente incorrecta pues es una actividad en la que se frustan intereses fundamentales ajenos[2], tal y como ocurre con la tauromaquia.
(ii) Que un fenómeno sea reproducido mediante un arte no quiere decir que dicho fenómeno sea éticamente correcto. Que la tauromaquia sea reproducida por pintores en sus cuadros o reproducida por escritores en sus novelas no hacen que la tauromaquia sea éticamente correcta. Muchos artistas, con una gran calidad artística, han reproducido en sus obras todo tipo de situaciones en las que se frustran intereses fundamentales: fusilamientos, violaciones, torturas, etc. lo cual no es una razón válida para justificar éticamente dichos fenómenos reproducidos.
Chesús Yuste, diputado de Izquierda Plural, compara la tauromaquia con Auschwitz (Link)
Muchas veces el arte es utilizado como un medio para denunciar injusticias.
- En mayo de 2008, José Manuel Matilla, jefe del Departamento de Dibujo y Estampas del Museo del Prado, afirmó que la serie de 33 grabados sobre Tauromaquia publicada por Goya en 1816, después de la Guerra de la Independencia Española, constituye la mejor expresión de su visión del mundo taurino. Matilla continúa diciendo que "Goya recurre a un tema que a primera vista puede parecer de recreo, pero una mirada atenta nos conduce a entenderlos bajo la perspectiva de la violencia, la crueldad y la muerte, situándolos en el ámbito crítico y estético de Los desastres de la guerra". En esos momentos existía un debate sobre la legitimidad de la tauromaquia en el seno de la sociedad ilustrada, donde algunos de los intelectuales más prestigiosos del momento, como Jovellanos o Vargas Ponce, la habían criticado y propiciado su prohibición. Según Mantilla: "En este contexto la Tauromaquia puede ser entendida como una muestra crítica de la violencia consustancial al ser humano a través del enfrentamiento irracional con el toro, cuyo final aboca no a su muerte sino a la del torero. No en vano la serie finaliza con la trágica muerte de Pepe-Hillo. Son antitaurinas no por conmiseración con el toro, sino por respeto al hombre, que alejado del raciocinio, se enfrenta alocadamente al peligro".[3]
Por ejemplo, según el escritor Mario Vargas Llosa:
"Que, para quien goza con una extraordinaria faena, los toros representan una forma de alimento espiritual y emotivo tan intenso y enriquecedor como un concierto de Beethoven, una comedia de Shakespeare o un poema de Vallejo. Que, para saber que esto era cierto, no era indispensable asistir a una corrida. Bastaba con leer los poemas y los textos que los toros y los toreros habían inspirado a grandes poetas, como Lorca y Alberti, y ver los cuadros en que pintores como Goya o Picasso habían inmortalizado el arte del toreo, para advertir que para muchas, muchísimas personas, la fiesta de los toros es algo más complejo y sutil que un deporte, un espectáculo que tiene algo de danza y de pintura, de teatro y poesía, en el que la valentía, la destreza, la intuición, la gracia, la elegancia y la cercanía de la muerte se combinan para representar la condición humana."[1]
Formulamos de forma más clara el argumento que utilizan dichas personas. Éste iría como sigue:
(P1) La tauromaquia es un arte.
(P2) La tauromaquia es objeto de otros artes, como la pintura, la literatura, etc.
(C) La tauromaquia es éticamente correcta.
Este argumento puede rebatirse de las siguientes maneras:
1. Aclaraciones previas.
El arte (del lat. ars, artis, y este calco del gr. τέχνη) es entendido generalmente como cualquier actividad o producto realizado por el ser humano con una finalidad estética o comunicativa, a través del cual se expresan ideas, emociones o, en general, una visión del mundo, mediante diversos recursos, como los plásticos, lingüísticos, sonoros o mixtos. El arte es un componente de la cultura, reflejando en su concepción los sustratos económicos y sociales, y la transmisión de ideas y valores, inherentes a cualquier cultura humana a lo largo del espacio y el tiempo. Se suele considerar que con la aparición del Homo sapiens el arte tuvo en principio una función ritual, mágica o religiosa (arte paleolítico), pero esa función cambió con la evolución del ser humano, adquiriendo un componente estético y una función social, pedagógica, mercantil o simplemente ornamental.
La noción de arte continúa hoy día sujeta a profundas disputas, dado que su definición está abierta a múltiples interpretaciones, que varían según la cultura, la época, el movimiento, o la sociedad para la cual el término tiene un determinado sentido. El vocablo ‘arte’ tiene una extensa acepción, pudiendo designar cualquier actividad humana hecha con esmero y dedicación, o cualquier conjunto de reglas necesarias para desarrollar de forma óptima una actividad: se habla así de “arte culinario”, “arte médico”, “artes marciales”, “artes de arrastre” en la pesca, etc. En ese sentido, arte es sinónimo de capacidad, habilidad, talento, experiencia. Sin embargo, más comúnmente se suele considerar al arte como una actividad creadora del ser humano, por la cual produce una serie de objetos (obras de arte) que son singulares, y cuya finalidad es principalmente estética. En ese contexto, arte sería la generalización de un concepto expresado desde antaño como “bellas artes”, actualmente algo en desuso y reducido a ámbitos académicos y administrativos. De igual forma, el empleo de la palabra arte para designar la realización de otras actividades ha venido siendo sustituido por términos como ‘técnica’ u ‘oficio’.
2. Desde el punto de vista de la Ética:
(i) Que un fenómeno sea considerado como arte no lo convierte en éticamente correcto. Que la tauromaquia sea considerada arte no la convierte en éticamente correcta. Por ejemplo, la tortura de humanos es considerada por algunos como un arte, pero es éticamente incorrecta pues es una actividad en la que se frustan intereses fundamentales ajenos[2], tal y como ocurre con la tauromaquia.
(ii) Que un fenómeno sea reproducido mediante un arte no quiere decir que dicho fenómeno sea éticamente correcto. Que la tauromaquia sea reproducida por pintores en sus cuadros o reproducida por escritores en sus novelas no hacen que la tauromaquia sea éticamente correcta. Muchos artistas, con una gran calidad artística, han reproducido en sus obras todo tipo de situaciones en las que se frustran intereses fundamentales: fusilamientos, violaciones, torturas, etc. lo cual no es una razón válida para justificar éticamente dichos fenómenos reproducidos.
Chesús Yuste, diputado de Izquierda Plural, compara la tauromaquia con Auschwitz (Link)
Muchas veces el arte es utilizado como un medio para denunciar injusticias.
- En mayo de 2008, José Manuel Matilla, jefe del Departamento de Dibujo y Estampas del Museo del Prado, afirmó que la serie de 33 grabados sobre Tauromaquia publicada por Goya en 1816, después de la Guerra de la Independencia Española, constituye la mejor expresión de su visión del mundo taurino. Matilla continúa diciendo que "Goya recurre a un tema que a primera vista puede parecer de recreo, pero una mirada atenta nos conduce a entenderlos bajo la perspectiva de la violencia, la crueldad y la muerte, situándolos en el ámbito crítico y estético de Los desastres de la guerra". En esos momentos existía un debate sobre la legitimidad de la tauromaquia en el seno de la sociedad ilustrada, donde algunos de los intelectuales más prestigiosos del momento, como Jovellanos o Vargas Ponce, la habían criticado y propiciado su prohibición. Según Mantilla: "En este contexto la Tauromaquia puede ser entendida como una muestra crítica de la violencia consustancial al ser humano a través del enfrentamiento irracional con el toro, cuyo final aboca no a su muerte sino a la del torero. No en vano la serie finaliza con la trágica muerte de Pepe-Hillo. Son antitaurinas no por conmiseración con el toro, sino por respeto al hombre, que alejado del raciocinio, se enfrenta alocadamente al peligro".[3]
REFERENCIAS
[1] elpais.com - Torear y otras maldades
[2] Argumento: "El veganismo es puro moralismo. No existe el bien ni el mal, tan sólo existen intereses relativos al sujeto"
[3] elpais.com - Goya y la visión crítica de la tauromaquia
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- (24/05/2008) elpais.com - Goya y la visión crítica de la tauromaquia
MÁS INFORMACIÓN
- forovegetariano.org - Antonio Banderas: ¿Por qué el toro y no otros animales?
- noticiastaurinascutres.blogspot.com - Goya, la Tauromaquia y los cuescos inflamables